Revista Semana: Venezolanos cada vez más pobres - Runrun

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Tienen uno de los sistemas cambiarios más enredados del planeta. Con la nueva devaluación queda con el segundo salario mínimo más bajo de América Latina.

En un poco más de un año, Venezuela ha devaluado su moneda tres veces. La más reciente y la más drástica ocurrió la semana pasada cuando entró a regir un nuevo tipo de cambio oficial.

El nuevo esquema conocido como Sicad II enreda aún más un sistema en el que hay diversos tipos de cambio oficial, y que se ha convertido en un dolor de cabeza para los empresarios y para cualquier ciudadano que quiere comprar dólares en el vecino país.

Con esta medida, el presidente Nicolás Maduro intenta reducir el altísimo diferencial frente al dólar paralelo – mercado negro– que en las últimas semanas ha bordeado los 80 bolívares.

En febrero de 2013 el gobierno había elevado de 4,30 a 6,30 bolívares por dólar el tipo de cambio oficial para las importaciones de alimentos y medicinas. Posteriormente estableció otra tasa oficial de 11,36 bolívares que pronto se vio superado en el mercado negro. Con la decisión de la semana pasada, el bolívar se ha depreciado 723 por ciento en 14 meses.

Estos vaivenes en el mercado cambiario han tenido una repercusión negativa en la maltrecha economía venezolana. El impacto se ha sentido en el aumento de los precios de los principales bienes y servicios que demandan los ciudadanos. El año pasado la inflación terminó en 56 por ciento, ubicando a Venezuela como el país campeón de América Latina en el incremento del costo de vida.

El problema es que esta es una economía cada vez más dependiente de las importaciones de toda clase de bienes, incluida la comida. Con el modelo del Socialismo del Siglo XXI que llevó el gobierno de Hugo Chávez, prácticamente se arrasó con el aparato productivo nacional.

El debilitamiento de la moneda local también tiene un fuerte impacto en los salarios. Henrique Capriles, líder de la oposición, dice que con la nueva tasa de cambio, Venezuela pasa a tener el salario mínimo más bajo de la región, con 63 dólares, después de Cuba -que es de 10 dólares-, lo que se traduce en un empobrecimiento de la población.

Los empresarios extranjeros también están muy preocupados, particularmente las empresas españolas que tienen grandes inversiones en Caracas. Según el diario El País de España, Telefónica calcula que con las últimas devaluaciones el impacto negativo en sus cuentas sería de 4.600 millones de dólares.

La devaluación busca un efecto fiscal positivo pues al convertir los dólares que se reciben por las exportaciones de petróleo a bolívares, entrarán más recursos al gobierno, lo que para muchos analistas significa, simplemente más plata para gastar. Se estima que el déficit fiscal del gobierno es del 18 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB).

La firma de análisis, Ecoanalítica, sostiene que la deuda del gobierno con el sector privado asciende a 56.000 millones de dólares, de los cuales 3.700 millones son con las compañías aéreas, varias de las cuales se han negado a volar por los problemas de pago. Lo que no se sabe es a qué tasa se cumplirá esta obligación.

Para los próximos meses la situación económica podría complicarse aún más. Analistas estiman que la inflación podría llegar al 75 por ciento y que la producción de bienes y servicios caerá 1,5 por ciento.

La firma de riesgo Fitch Rating le bajó la calificación a la deuda de Venezuela a grado especulativo precisamente por la inestabilidad económica, la creciente inflación y la distorsión en el mercado de divisas, en donde cero y van tres cambios bruscos.

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