BUENOS AIRES (AP) — El gobierno rechazó el miércoles el informe crítico del Fondo Monetario Internacional sobre la economía de Argentina al cuestionar el sesgo ideológico de sus técnicos y advirtió que el organismo no puede condicionar al país.

El jefe de gabinete Jorge Capitanich afirmó en una rueda de prensa que quienes realizan estos informes son técnicos que proponen «ajustes interminables que perjudican el desenvolvimiento estructural de los países».

El funcionario resaltó que los argentinos «no le debemos un dólar al FMI de manera que no puede condicionar… ninguna política económica que tienda a garantizar la inclusión social». En ese sentido recordó que el presidente peronista Néstor Kirchner (2003-2007), antecesor y fallecido marido de Cristina Fernández, dispuso el pago de forma anticipada de la deuda que el país mantenía con el organismo financiero por unos 9.800 millones de dólares.

La víspera en un informe sobre las perspectivas económicas de América Latina el FMI criticó a Argentina y Venezuela al señalar que ambos países ajustaron recientemente sus tipos de cambio y que Argentina «elevó sus tasas de interés, pero cambios de política más significativos son necesarios para evitar un ajuste desordenado». El documento calificó de «muy inciertas» las perspectivas para ambas naciones.

Afirmó además que el crecimiento argentino caerá en 2014 casi cuatro puntos para ubicarse en 0,5% y que habrá «un alto nivel de inflación y una disminución de las reservas oficiales de divisas». El organismo no hizo estimaciones sobre la inflación debido a que todavía está analizando el desempeño del nuevo índice del costo de vida que el gobierno puso en vigor a principios de año y que reemplazó a otro cuestionado por subestimar el alza de los precios.

Capitanich sostuvo que las recomendaciones del Fondo generaron en 2001 «la peor crisis social, productiva, económica, fiscal y financiera de la historia de la Argentina».

Además señaló que los análisis críticos del FMI no coinciden con los del Banco Interamericano de Desarrollo ni con los de «otros analistas económicos». Desde que el gobierno se alejó del organismo, el Fondo realiza sus estimaciones sobre el país sin poder efectuar una auditoría en suelo argentino.

Capitanich también cuestionó al FMI porque «no hizo absolutamente nada» para apoyar al gobierno argentino en el proceso de reestructuración voluntaria de la deuda debido, según indicó, a la «imposición y presión» que recibió «de banqueros de carácter internacional y de los fondos buitres» o tenedores de bonos que litigan con el país tras negarse a aceptar sendos canjes de deuda en 2005 y 2010.