La crisis bolivariana y el debilitamiento del "Socialismo del Siglo XXI" - Runrun

Socialismo

El conflicto entre el gobierno de Venezuela y los estudiantes, el duro revés electoral de Rafael Correa y la inestabilidad en Argentina, señales de agotamiento del modelo importado por Hugo Chávez

Durante la última década, los gobiernos de Argentina, Venezuela y Ecuador han transitado un mismo camino, principalmente guiados por el ex presidente Hugo Chávez, que los llevó a constituir lo que hoy se conoce, en mayor o menor medida según los casos, como el «socialismo del siglo XXI». Sin embargo, ese socialismo regional está amenazado por las diversas crisis que están atravesando las gestiones de Cristina Kirchner, Nicolás Maduro y Rafael Correa.

Tal vez el caso más resonante es el de Venezuela, donde desde hace tres semanas los enfrentamientos entre las fuerzas del gobierno chavista y los estudiantes ocupan las primeras planas de los medios internacionales. En Ecuador, en tanto, el presidente Rafael Correa acaba de sufrir un duro -y para muchos inesperado- revés en las elecciones municipales. Mientras que el gobierno de Cristina Kirchner sigue inmerso en un tormentoso clima de inestabilidad económica y política.

Ante este panorama de incertidumbre e inestabilidad, ¿se puede hablar de un debilitamiento del socialismo del siglo XXI?

«El socialismo del siglo XXI no ha funcionado en ninguna parte del mundo como esquema económico, ni como esquema político», sintetiza Ramón Hernández, periodista venezolano de El Nacional.

A su vez, considera que lo único que distribuye este socialismo «es miseria» y lo califica de «fraude» debido a lasdiversas libertades y derechos que se han violado en los gobiernos que adoptaron este modelo.

«El socialismo del siglo XXI es la represión stalinista que heredó e impuso Fidel Castro y su hermano, y ahora reexportaron a Venezuela», explica.

Venezuela, un país en llamas

«Las cosas han llegado a un nivel en el que es difícil que se dé una salida ordenada. A menos que los estudiantes y las fuerzas de oposición lleguen a un punto de agotamiento y vayan bajando la intensidad de las protestas», aseguraSimón Pachano, politólogo ecuatoriano, quien no duda de que «el gobierno de Nicolás Maduro corre riesgo» ante esta preocupante realidad que está viviendo.

Es la peor crisis desde su llegada al poder en marzo de 2013. Una crisis económica con índices alarmantes de inflación (56.2%); un profundo desabastecimiento de productos básicos, como leche o papel higiénico; una inseguridad queposiciona al país como uno de los peores en ese rubro en la región; y sucesivas denuncias de violaciones derechos humanos, como la libertad de expresión, son algunos de los motivos por los que los estudiantes venezolanos desde hace tres semanas están tomando pacíficamente las calles en distintos puntos del país.

Desde el 12 de febrero, el primero de estos más de 20 días de manifestaciones, todas las cuestiones por las que los jóvenes se habían movilizado quedaron en un segundo plano.

La brutal represión que ha empleado el gobierno chavista para contener estas protestas, que se cobraron 18 vidas y más de 250 heridos, dejaron muy expuesto al Gobierno. A las distintas crisis ya mencionadas, se sumaron no sólo la violencia de la Guardia Nacional Bolivariana y de grupos paramilitares que responden al chavismo, sino además la detención de dirigentes opositores –ocho en total–, como el caso del líder de Voluntad Popular, Leopoldo López.

«Al contrario de lo que dijo el propio Maduro, que ya la protesta se ha desinflado, la protesta no se ha desinflado. Lo que pasa es que es una protesta pacifica, que es lo que ellos no quieren entender«, reflexiona el periodista venezolano.

Por su parte, Pachano asegura que los cimientos sobre los que se construyó esta Venezuela de hoy en día fueron ejecutados por el ex presidente Hugo Chávez. Aunque establece diferencias de «liderazgo» en comparación con Nicolás Maduro.

«Las bases de este modelo las sentó Hugo Chávez, sin ninguna duda. Él tenía otros recursos, como su propio liderazgo, para contrarrestar los efectos negativos en esa orientación económica y política, que no tiene Nicolás Maduro. Por eso se hace más evidente e inmediata la crisis«, enseña el politólogo de FLACSO Ecuador.

Correa, un duro revés electoral

El fin de semana pasado, el presidente ecuatoriano, para sorpresa de muchos, perdió o no pudo obtener importantes alcaldías del país en las elecciones municipales. Las dos más fuertes que quedaron en manos de la oposición fueron las de Quito y Guayaquil.

Tras el revés electoral, el mandatario reconoció una «crisis de gabinete» y pidió la renuncia a todos sus ministros. El presidente Correa logró su segunda gestión en las elecciones del 17 de febrero, con una contundente victoria en primera vuelta con el 57,17% de los votos. Por eso, los resultados del pasado domingo representaron un fuerte sacudón para el Ejecutivo.

Al respecto, Pachano reconoce que la derrota electoral «es un debilitamiento del gobierno de Correa en el sentido de que es la primera que tiene en términos electorales». Pero aclara: «Hay que matizarlo un poco, porque es una elección de carácter subnacional, es decir, de autoridades provinciales y municipales. No es una elección de carácter nacional y, por lo tanto, tiene una lógica diferente».

El propio jefe de Estado posicionó la idea de que una derrota de su partido en Quito abriría un período de desestabilización política como en Venezuela. A apenas un año de su arrolladora victoria y a más de tres de las próximas elecciones presidenciales –por ley no se podría volver a presentar-, el presidente ecuatoriano convirtió los comicios municipales en una suerte de voto de confianza.

El politólogo ecuatoriano, profesor en FLACSO de ese país, sostiene que es importante tener en cuenta que dentro de Alianza País, partido del presidente Correa, hay por lo menos tres bloques bien marcados. Sin embargo, señala que el más cercano al mandatario, el más conservador de los tres, es el que saldrá más «airoso» de esta «crisis de gabinete».

«Es un intento de cambio dentro del partido de Alianza País, más que del gobierno. Pero dado que hay una casi indiferenciación; es decir, no está diferenciado el partido del Gobierno, entonces es necesario provocar la crisis del gabinete«, analizó Pachano, con relación a los cambios que ordenó el presidente, quien además este sábado manifestó su intención de ir por un cuarto mandato para que «este proceso sea irreversible».

Argentina, un país sin rumbo

El gobierno de Cristina Kirchner se encuentra inmerso en un clima de inestabilidad económica y política. El 2014 no empezó de la mejor manera para la gestión kirchnerista, que recibió el año con una inflación del 3,7% en el mes de enero, y finalizó 2013 con un índice de 26% –el segundo más alto de la región–. Sumado a eso, el dólar se disparó sensiblemente y los precios cada vez golpean más a la sociedad.

Aunque desde el Ejecutivo se mantenga el discurso triunfalista y confrontativo contra los sectores «especuladores», la mandataria argentina debió hacer un cambio de imagen con nuevos nombres en determinados puestos que venían siendo fuertemente cuestionados, como el ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno, y el ex jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, entre otros. Sin embargo, cuando muchos especulaban sobre la posibilidad de que el gobierno flexibilizara sus medidas económicas y hasta políticas, nada de eso ocurrió. La gestión sigue el mismo camino por el que venía.

Ni siquiera el nuevo índice de inflación –exigido por el FMI– logró recomponer la confianza de una sociedad que reclama mayor transparencia. Arrojó un punto por debajo de las estimaciones privadas.

Pachano traza una diferencia entre lo que es la actualidad de Ecuador, tanto política como económica, frente a las difíciles realidades de Argentina y Venezuela. No obstante, luego del revés electoral de Correa, el politólogo no descarta que el mandatario bolivariano comience a acercarse más a las medidas populistas de Cristina Kirchner y Nicolás Maduro.

«Uno de los efectos que puede derivarse de la última derrota electoral de Correa es un cambio de política económica hacia formas más populistas. Es decir, entrar en un proceso de mayor gasto público y que genere inflación», subraya  el especialista ecuatoriano. Y añade: «Es probable que por esa vía se acerque (Rafael Correa) un poco más al modelo argentino y venezolano».

Frente a este panorama de incertidumbre y radicalización de políticas muchas veces restrictivas, Hernández concluye: «Cuando hay libertad de expresión y se puede conocer y difundir el gran fracaso económico de este socialismo, la gente se da cuenta de que eso es una estafa».

fuente: Infobae