Más Mujica, Menos Maduro Por Óscar Vela Descalzo - Runrun

José Mujica y Nicolás Maduro

Tanto Venezuela como Uruguay son gobernados hoy en día por hombres de izquierda, pero con dos estilos muy distintos. En un lado de la balanza se encuentra Venezuela, actualmente sumida en una profunda crisis económica y política con preocupantes señales de agravamiento antes que de sanación. Su líder, Nicolás Maduro, hombre vasto y de tintes hiperpopulistas, gobierna el país desde abril de 2013, pero su figura siempre ha estado opacada por la presencia de Hugo Chávez, a la que él invoca con frecuencia para refrescar el mito y sostener el proyecto «bolivariano», aunque sea con un delgado cabello de realismo mágico.

Los números no ayudan a esta sufrida Venezuela que en los últimos días se de- sangra por la intolerancia y el radicalismo de un Gobierno que no acepta ni las críticas ni la menor oposición a sus ideas, y que, obviamente, no respeta tampoco la vida de sus ciudadanos. La inflación a diciembre del 2013 fue la mayor del mundo (sobre el 56%, cifras oficiales). La criminalidad en el mismo año registró más 25 000 homicidios (cálculo conservador del Observatorio Venezolano de la Violencia). El desabastecimiento de bienes que, según la tasa oficial del Banco Central de Venezuela es del 28%, alcanza niveles tan alarmantes que la población no encuentra fácilmente papel sanitario ni productos lácteos o cárnicos. La contrapartida es en cambio las reservas probadas de petróleo del país en 277 000 millones de barriles (las mayores del mundo). La producción petrolera de Venezuela supera los 2,8 millones de barriles por día. La pregunta cae por sí sola: ¿a dónde se va el dinero? En el otro lado de la balanza está Uruguay con José Mujica, quien gobierna al país desde el 2010 con gran pragmatismo progresista y bajo una norma fundamental: el respeto irrestricto a los derechos humanos. Mujica ha abanderado en la región temas polémicos como la legalización de la marihuana o el matrimonio homosexual. Ha criticado abiertamente a los organismos internacionales y la propia ONU. Tiene una inflación del 8,5% anual y por esta razón ha descendido su aceptación al 50%. No obstante, Uruguay se destaca nítidamente en otras áreas: es el país con el nivel más alto de alfabetización de Latinoamérica; es el segundo país latinoamericano (después de Chile) con el menor índice de percepción de corrupción; y, es uno de los países que tiene mayor índice de desarrollo humano en el mundo.

Vuelven las preguntas: ¿acaso Mujica es un genio? ¿Recibe su inspiración de algún ave ancestral? Por supuesto que no. Es tan solo un hombre humilde, práctico y demócrata, sin ambiciones personales, comprometido con el bienestar del ser humano y el respeto íntegro de sus derechos. No hace falta decir entonces por qué necesitamos en este continente más Mujica y menos Maduro.

Óscar Vela Descalzo

El Comercio