Si hay algo que ha caracterizado a este gobierno es el de gobernar con un termómetro en la mano. La mayoría de las acciones tomadas son previamente analizadas , si no encuentran oposición alguna ejecutan la medida radicalmente, si la encuentran buscan un punto medio. Para muestra, tenemos la ráfaga de leyes aprobadas en los últimos días del 2010 la cual incluía entre otras barbaridades la Ley de Universidades y el aumento del IVA. Como se vio un malestar general, que además incluía el desagrado interno del chavismo, esta semana se decidió recular ante la misma abogando por un mayor debate.
Es natural entonces que veamos la misma actitud a todo nivel del gobierno, incluyendo en la política exterior venezolana. Después de haberle retirado el beneplácito otorgado a el embajador americano para Venezuela Larry Palmer, el Presidente venezolano le sugirió a EEUU algunos nombres, entre risas y burlas, que incluía a dos personajes de la “Izquierda Caviar” como Sean Penn y Oliver Stone. Esta acción, mas que meditada, buscaba evidenciar la magnitud del rechazo estadounidense. Evidentemente el Departamento de Estado americano rechazó estas sugerencias del gobierno de Venezuela pero no sin mencionar que está dentro de su interés mejorar las relaciones con nuestro país.
Esta ultima frase le avecina una victoria propagandística a la diplomacia bolivariana. Cuando los americanos, en aras de mantener una relación comercial con Venezuela, designen a nuevo embajador, le concederán al gobierno venezolano un gran triunfo. Ya verán dentro de poco por la televisión, medio por el cual gobierna el Presidente venezolano, que el Presidente afirmará que los americanos se arrodillaron ante sus demandas.
Si bien no es apropiado interpretar el hecho de esa manera, al final ponerse malcriado le dio resultado.
Tomas Horacio Hernandez
Twitter: @TomasHHR
