Por alguna razón mística, la cual no ocurrió en 14 años, el gobierno nacional decidió decretar la infraestructura vial de todo el país en emergencia. Finalmente después de miles de trágicos accidentes e infinitas horas de cola el gobierno se dio cuenta que nuestras carreteras y autopistas están en un estado tan deplorable como peligroso.
No hay nada malo con la identificación del problema, de hecho aplaudo la iniciativa, lo lamentable es que este intento del gobierno por mejorar las vías del país está destinado a fracasar antes de que comience. Me explico. Las buenas iniciativas del gobierno siempre terminan siendo opacadas por la politiquería y por promesas electorales. Tal caso lo evidenciamos recientemente con el tema eléctrico. El gobierno prometió resolver el problema eléctrico que tiene desatendido más de una de una década en 100 días. Como si dieron cuenta de que era imposible y absurdo, corrieron la arruga y la promesa a 2 años.
Lo mismo sucede con las calles y autopistas. En el caso vial esta es la situación que tenemos; según el Presidente del Colegio de Ingenieros de Venezuela, Enzo Batancourt, la cantidad de vías asfaltadas en todo el territorio nacional es de aproximadamente 100.000 km, y si le sumamos la vialidad rural, urbana y las vías secundarias la totalidad sería aproximadamente 140.000 km. La emergencia decretada por el gobierno para solucionar el problema vial es de 90 días, prorrogable 90 días más. Esto quiere decir que para cumplir la meta diariamente el gobierno debe trabajar, mejorar y habilitar 800 kilómetros de carretera, lo que equivale a mejorar en 1 día la carretera Caracas-Barquisimeto. IDA y VUELTA.
Cualquier mortal que haya viajado al centro occidente del país en el último año se ha podido dar cuenta que el tramo de carretera a la altura del túnel de la Cabrera es muy parecido a un campo de guerra: huecos por todos lados. Ese tramo de carretera duró casi 1 año para que más o menos mejorara su estado. Si esto lo proyectamos a nivel nacional, de repente nuestros nietos si viajaran por carreteras libres de huecos.
Lo que quiero decir con esto es que las promesas del gobierno son ilógicas, irracionales y absurdas. Nadie en su sano juicio puede prometer resolver, en tan corto plazo, un problema que lleva 14 años desatendidos. Nuestras carreteras dan lástima y son responsables por miles de muertes todos los años.
Ahora bien, lo que sí puede hacer el gobierno perfectamente bien en 6 meses es maquillar las vías del país. Pintura por aquí, pintura por allá, vallas del gobierno revolucionario, crear kilómetros de cola con planes de asfalto, en fin, pura bulla.
Tanto es el atraso que tiene Venezuela con respecto a sus vecinos que nos harán falta varios gobiernos y varios decretos de emergencia para poder dejar atrás los “logros de la revolución”.
