Cuba: Más allá del eje del mal por Leopoldo E. Colmenares G. - Runrun

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En su discurso sobre el “Estado de la Unión”  del año 2002,  el entonces presidente de los Estados Unidos de América  George W. Bush, acuño el término “Eje del Mal” para referirse a Corea del Norte, Iraq e Irán.  A pesar que tal caracterización podría catalogarse como algo melindrosa, sin dudas describe fehacientemente el comportamiento que desarrollan tanto a lo interno de sus países como en el ámbito internacional los regentes de esas naciones. Por supuesto, conocemos que la invasión norteamericana a Iraq desalojó del poder a Sadam Husein, por lo que este último país ahora no se encuentra dentro del ominoso grupo. Adicionalmente a esta calificación,  el diplomático norteamericano John Bolton, hablaba de “Más allá del Eje del Mal”, para referirse a los gobiernos  de Cuba, Siria y Libia. También, evidentemente, conocemos el destino de Muamar el Gadafi.

Si bien,  estadísticamente hablando, podría considerarse  como un muy buen promedio que a la fecha hayan desaparecido dos de los miembros de estos nefastos clubes,  no es para menos cierto las constantes tensiones que los líderes de los restantes cuatro países causan a la comunidad internacional, así como la represión que ejecutan cotidianamente contra sus propios nacionales. El caso del recientemente descubierto contrabando de armas que involucra a dos satrapías comunistas como las de Corea del Norte y Cuba  así lo confirman.

Además de refrescar estas caracterizaciones, este breve artículo tiene como objetivo básico llamar la atención sobre el poco o nulo interés que la comunidad internacional ha colocado sobre las actividades desestabilizadoras que desarrolla muy calladamente Cuba y que representan una amenaza para el ambiente de seguridad del hemisferio occidental. Es el caso que los tremendos asesinos que en realidad son la pareja de hermanos Castro, se han convertido para la comunidad internacional  en unos queridos  abuelitos, incapaces de matar una mosca,  que al no más enfermarse de un resfriado provoca la más honda preocupación en la mayoría de los presidente latinoamericanos. Así estos, impactados,  corren  inmediatamente a montarse en sus costosos aviones para dirigirse a la Habana con el fin de  prestar a los nobles “revolucionarios” sus servicios como enfermeros. En fin, si vamos a ver, realmente,  en Argentina, Bolivia, Ecuador, República Dominicana, Venezuela, etc. no existen problemas tan graves que impidan que sus presidentes se ausenten por una semana para cuidar la salud de este par de  inocentes ancianitos.

El caso de los gobiernos de Europa es bastante similar,  ya que si bien sus presidentes no vuelan a Cuba a prestar servicios gerontológicos cuando se resfrían los inefables hermanos,  si mantienen jugosas colaboraciones  para el régimen cubano, así como sus bocas bien cerradas cuando se trata de  denunciar las profundas violaciones de los derechos humanos que el par de déspotas ejecutan continuadamente en la isla caribeña.

Obviamente tales actitudes y percepciones no permiten  a los formuladores de políticas públicas, y en especial a los de seguridad y defensa,  evaluar con rigurosidad el desempeño del régimen cubano, así como las  obscuras asociaciones que mantienen los hermanos Castro, tanto con regímenes tiránicos así como con  actores no-estatales  asociados al terrorismo y el crimen organizado que tienen entre sus objetivos atentar contra la estabilidad democrática regional y causar daño a los Estados Unidos de América.

Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad.

Universidad “Simón Bolívar”

Por: Leopoldo E. Colmenares G.

@LCOLG