Esta semana ha sido bien activa para Venezuela en materia de política exterior ya que ha recibido de sus apreciados americanos par de joyas.  Primero, el Departamento de Estado en su informe anual sobre la libertad religiosa en el mundo, destaca entre otras cosas que a pesar de que en nuestro país se respeta la actividad religiosa, aquellos grupos que criticaron al Ejecutivo del presidente Hugo Chávez han sido acosados e intimidados. Segundo, la nueva mayoría Republicana en el Congreso ha prometido desde ya colocar más presión sobre Venezuela y las democracias en declive de America Latina.

Como era de esperarse, la respuesta de los estatistas venezolanos no tardó en llegar. El embajador de Venezuela en EEUU, Bernardo Álvarez, afirmó rápidamente que las ultimas reuniones sostenidas en ese país en el marco de la reunión llamada “Peligro en los Andes, amenazas a la democracia, a los Derechos Humanos y a la seguridad interamericana” ha sido exclusivamente para provocar un escenario de desestabilización.

Los rojos venezolanos tienen todo la razón al estar preocupados por esta pseudo iniciativa americana. Los republicanos sin duda pondrán la lupa en Venezuela y en consecuencia en el eje izquierdista de America Latina. Para el 2011 Venezuela tendrá que medir sus acciones cuidadosamente ya que estará a pocos meses de las elecciones presidenciales. A nivel comunicacional, ni el  más erudito de sus ilustres ha podido explicar como uno de sus principales aliados económicos es a su vez su enemigo político más rechazado. Si es la palabra desestabilización lo que les llama la atención a los rojos, en lugar de preocuparse por las criticas de los legisladores americanos deberían enfocar sus esfuerzos en la alta inflación que tenemos en el país, la incontrolable inseguridad y el desabastecimiento que tienen al país colgando de un hilo fino.

En todo caso los rojos deben estar contentos. Por una parte ahora por fin podrán decir que los americanos y la CIA los están observado, y por la otra este escenario indica que les llegó la hora de ponerse las alpargatas y salir a bailar; porque lo que les viene es joropo.

Tomas Horacio Hernandez

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