La deliciosa actuación del G2 cubano por Leopoldo E. Colmenares - Runrun

Bandera-cuba

De más está decir que en este escrito  dejaremos por sentado nuestra opinión sobre el ya famoso caso denominado la “Hojillagate”.  Como  bastante se ha hablado sobre este delicado asunto en programas de radio, TV, etc., pues bastantes conjeturas se han tejido sobre quien (o quienes) suministraron el audio a los diputados de la oposición. No obstante, llamó mucho mi atención la opinión de un periodista, quien normalmente escribe sobre asuntos policiales,  el cual tajantemente descartaba la hipótesis –así con esas palabras- que asigna la responsabilidad de tal cuestión a la agencia cubana de inteligencia.

Para justificar su opinión, el comunicador social  argumentaba que el G2 cubano no iba a sacrificar a dos  “agentes” en una operación, refiriéndose al militar cubano involucrado y a nuestro avispado super-agente 86 criollo.

En primer lugar,  y eso es ampliamente conocido, una de las premisas básicas de un buen investigador es la de no descartar ninguna hipótesis por descabellada que parezca. La crónica policial nos ha mostrado en el tiempo que el culpable no siempre es el mayordomo.

En segundo lugar, en todo caso, la agencia cubana no sacrificaba a dos agentes, sino sólo a uno. Es decir quién sale con las tablas en la cabeza en este caso, es el batracio del programa nocturno de VTV, mientras el oficial cubano  sencillamente irá a otro destino, en donde seguramente si podrá adquirir, sin hacer colas y sin  marcarse  con un número en el brazo, todo el papel toillet que necesite

Cualquiera podría decir que los buenazos del G2 no sacrificarían a un leal y aguerrido camarada,  sólo para echarle una vainita a Diosdado Cabello.  El problema es que la terca historia también nos ha  demostrado que los hermanos Castro son capaces de sacrificar a quien haya que hacerlo con tal de cuidar sus intereses. Si le echaron el pajón al “Che” Guevara sólo porque estaba muy fastidioso, uno puede  fácilmente imaginarse al par de   simpáticos abuelitos cubanos,  sentados en sus mecedoras, dando la orden para entregar a quien sabe quien en la oposición el audio del Maxwell Smart del Junquito.

Los intereses cubanos en nuestro país son gigantescos y eso lo sabemos todos los venezolanos. Verdaderamente  yo no me atrevería a afirmar que por 100 mil barriles de petróleo al día, la inteligencia cubana no es capaz de sacrificar a  uno de sus informantes, porque en esencia, eso es lo que era para el G2 el autocalificado bachiller marginal, un simple informante.

Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad

Universidad “Simón Bolívar”

 @LCOLG