¿Cuál soberanía? - Runrun
Redacción Runrun.es Nov 08, 2010 | Actualizado hace 13 años


El marcado tono ideológico de la política exterior ha seguido su curso con la gira que el canciller Nicolás Maduro está realizando en Turquía, Ucrania, Siria, Bielorrusia y Arabia Saudita, como parte de los acuerdos que se firmaron y debían concretarse tras la gira de Hugo Chávez, el pasado mes de octubre. Como bien ha reiterado el máximo representante de la diplomacia venezolana, se está cumpliendo con una gira de consolidación de proyectos establecidos con países hermanos, para la construcción de un nuevo mundo multipolar, en la que hasta ahora lo único que se distingue es un personalismo férreo del que no escapa la propia política venezolana.

Varios acuerdos se han firmado en áreas de transporte marítimo comercial, rutas áreas, educación, comercio,  energía y apertura de delegaciones diplomáticas, pero, ¿cuál es el beneficio  que han tenido y tendrán para la nación estos instrumentos de cooperación, entendiendo que los fines permanentes de la política exterior está, entre otras cosas, orientada por el interés o intereses nacionales? Nadie sabe hasta ahora. A lo que si ha llegado como conclusión un sector que sigue las relaciones extra regionales venezolanas, es que estas amistades peligrosas con países como Rusia, Siria e Irán, han encendido nuevamente las alarmas dentro del propio Congreso norteamericano, y que por otro lado, estas alianzas no están asegurando nada bueno para Venezuela. Un breve ejemplo de la entrega de país que se está dando, es que hoy día  el 50% de la extracción de oro de nuestro país está en manos de la empresa rusa Rusoro, y este año Venezuela incrementó en US$ 4.000 millones su deuda con China.


Lo paradójico de todo esto es que Hugo Chávez siga insistiendo en que la estrategia del gobierno es alcanzar la soberanía, cuando lo que está sucediendo es todo lo contrario. Mientras el desarrollo de negocios de la Faja Petrolífera del Orinoco siga en manos de China, Rusia e Irán, la ayuda tecnológica iraní y bielorrusa sea la que “posibilite” la construcción de viviendas, lejos estaremos de ser un país realmente soberano.

Adriana Boersner Herrera

aboersner@diploos.com

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