El silencioso paciente que aturde por Tomás Horacio Hernández - Runrun
El silencioso paciente que aturde por Tomás Horacio Hernández

 

21 días y contando. Estos son los días que, para la fecha de escribir este artículo, el presidente de Venezuela lleva desaparecido de la palestra pública. Incertidumbre, rumores, falta de orientación, atropellos, todo esto es lo que se vive actualmente en Venezuela desde que el mandatario se fue para Cuba.

Su silencio mata las esperanzas de unos y se las resucita a otros. Se trató de esforzar para llegar a la cumbre de Mercosur pero al final esta comenzó sin su presencia, y sin la presencia del vicepresidente/canciller. Las conversaciones cotidianas parecían casas de apuestas ambulantes y muchos siguen hasta hoy pronosticando su gran regreso.

Venezuela depende más de una persona hoy que prácticamente cualquier otro momento en nuestra historia. La revolución bolivariana pierde su fuerza y arriesga su sostenibilidad en el tiempo al hacerse dependiente en su totalidad de una sola cabeza. La idea de construir instituciones en nuestro país es un viejo recuerdo del pasado.

A los venezolanos nos vienen 3 semanas de fiesta y tranquilidad, de gaitas y pan de jamón, de risas y bailes, pero eso no cambiará la realidad del año entrante. El país vive en cámara lenta estos días y la expresión más común en la calle es: vamos a ver qué pasa en enero. El mes de enero no vendrá para salvarnos ni mucho menos, pero es nuestra manera de correr la arruga y así evitar enfrentar lo inevitable.

El rumbo del gobierno rojo para el nuevo periodo es todavía un misterio. Ciertamente existe el Plan Socialista 2013-2019 y la idea del Estado Comunal, pero con un líder a medias y un silencio que atormenta la concretización de ese “plan” es un reto bien complejo.

Con el mandatario enfermo rescatamos la premisa de hace algunos meses; lo que hoy es bueno para Chávez no lo es necesariamente para sus seguidores. El costo político de cualquier acción suya estando enfermo es infinitamente menor que para su círculo de confianza. Si Maduro, Diosdado, Jaua y compañía desean mantenerse en el juego, deberán medir sus acciones, porque entre tanta incertidumbre y volatilidad, pronto pueden verse bien lejos del coroto…

En twitter: @TomasHHR