La paz: una aspiración universal por Omar Hernández - Runrun
La paz: una aspiración universal por Omar Hernández

La paz es quizás la máxima aspiración universal de la Humanidad y se halla en la misma razón de existir de buena parte de la pléyade de organismos internacionales que copan la diplomacia multilateral. Un concepto etéreo como impreciso pero cuya ausencia en la práctica es de inmediato advertida por quienes sufren su falta. Un término empleado libremente por activistas y políticos que significa o implica en realidad un conglomerado de variables interconexas e interdependientes.

Desarrollo -integralmente concebido y no únicamente económico-, derechos humanos -todos, sin distingo de categorías o dimensiones-, seguridad -desde un punto de vista amplio, incluida la seguridad personal, el resguardo de la vida y el rechazo a la violencia-, democracia -ese modelo de sistema de gobierno donde la voluntad reside en el pueblo y donde todos los grupos sociales tienen cabida-… son componentes esenciales de una paz como tal, que no es posible decretar ni imponer, sino que se requiere impulsar y trabajar.

En aquellos rincones del mundo donde la pobreza es generalizada, las libertades fundamentales son vehementemente restringidas o vulneradas, la vida es una mercancía y la autocracia y la exclusión son la norma, existe una mayor propensión a la guerra y la violencia en todos los órdenes. Si vemos un mapa de dónde están los principales conflictos armados en la actualidad notaremos que esta, es una realidad que probablemente no admita objeción alguna.

La paz en el ámbito de las relaciones internacionales es el ideal que debería mover a la diplomacia pues esta es la cristalización de aquella. Dentro de la gama de medios de resolución pacífica de controversias e instrumentos para dirimir conflictos, la diplomacia ocupa un lugar preponderante. Lamentablemente empero, con demasiada frecuencia intereses geopolíticos y económicos privan a la hora de cualquier diálogo y negociación, elementos consustanciales del quehacer diplomático.

El mensaje del Secretario General de la ONU, Ban Ki Moon, con motivo del Día Internacional de la Paz que justo se acaba de celebrar en todo el planeta, introduce un elemento interesante: la relación entre paz y desarrollo sostenible. «Los conflictos armados destruyen los pilares básicos del desarrollo sostenible», dice el líder del ente mundial.

Una medida interesante de la paz es el Índice Global de Paz, a una de cuyas presentaciones tuve ocasión de asistir en persona hace un par de años en Nueva York. El mismo, toma en consideración aspectos como el del gasto militar, contribución a las misiones de paz de la ONU, relaciones con países vecinos, criminalidad y violencia interna, inestabilidad política y social, garantías de los derechos humanos entre otros. Nuestro país ocupa uno de los últimos puestos de la tabla en el ‘ranking’ del 2012: el 123.

Por cierto que dentro de pocos días, el 12 de Octubre específicamente, el Comité Nobel anunciará el o los ganadores del Premio Nobel de la Paz de este año. Entre los nominados hay 188 individuos y 43 organizaciones. En la lista de aspirantes hay para todos los gustos: el exPresidente de EEUU Bill Clinton, el exCanciller alemán Helmut Kohl (motor de la reunificación en su país), la líder encarcelada de la oposición ucraniana Yulia Timoshenko, la ‘bloggera’ cubana Yoani Sánchez e incluso Bradley Manning, soldado estadounidense que filtró los famosos cables de Wikileaks.

En fin, como dijo una de las artífices de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Eleanor Roosevelt: «No basta con hablar de paz. Uno debe creer en ella y trabajar para conseguirla». Tomemos dictado entonces.

Omar Hernández
Internacionalista