El Canciller Maduro hizo un llamado para que se respete la memoria de Olga Fonseca, asesinada en funciones diplomáticas en Nairobi. Compartimos el dolor por su muerte, pero por ello mismo estamos obligados a exigir con firmeza respuestas y acciones de la Cancillería, de la Comisión de Política Exterior de la Asamblea Nacional y de los medios de comunicación para que esclarezcan los escándalos múltiples y rechazar “la política de la avestruz” con que se ha querido esconder la serie de hechos graves.
Lo ocurrido en la Embajada de Venezuela en Nairobi supera toda imaginación. Ni siquiera Ernest Hemingway en sus aventuras en Kenia logró inventar tal intriga policial-diplomática que reúne una catarata de atropellos: asesinato de la Jefa de Misión Olga Fonseca; prisión del diplomático Dwight Sagaray con el retiro inmediato de su inmunidad diplomática; acusación de tráfico de drogas violando la Convención de Viena que norma el uso de la valija diplomática; denuncia de acoso sexual masculino del Embajador Gerardo Carrillo; acoso laboral exigiéndole a los cinco denunciantes que se retracten de sus declaraciones, solo para mencionar los hechos más graves.
Tras el silencio prolongado de Relaciones Exteriores, vemos como el Vice Presidente de la Asamblea desmiente evidencias notorias alegando que se trata de denuncias para borrar la gran diplomacia de Chávez; el titular del Ministerio del Interior Tarek Aisami se pronuncia sobre un tema que no le corresponde que es el de la valija diplomática, y “Tribuna Popular” denuncia que estos hechos fueron tramados por la CIA y el Mossad, en contra de la exitosa diplomacia tercer mundista “bolivariana”.
Pero los voceros oficiales de la Cancillería: el Ministro Encargado, el Vice Ministro para África; el Director de Recursos Humanos no se dan por aludidos ya que no responden a la infinidad de interrogantes: ni el mérito del nombramiento ni la destitución del Embajador Gerardo Carrillo; ni las razones del nombramiento del Primer Secretario ni del retiro express de su inmunidad diplomática. Tampoco explican por qué una funcionaria diplomática ya jubilada vuelve a ser incorporada al Servicio Exterior para obligarla a resolver sola problemas tan espinosos, ni explica si le dieron instrucciones para despedir a los funcionarios denunciantes. Tampoco comentan lo publicado en la prensa de Kenia, ni la nota diplomática de Relaciones Exteriores. Y cuando el Canciller Maduro declara, lo hace mal y tarde. Se le aplica el refrán “Tarde piaste, pajarito”
Este es el momento oportuno para reflexionar sobre los efectos desastrosos de la ideologización y desprofesionalización de la Diplomacia Venezolana. El 7 de Octubre, debe exigirse el retorno a una Diplomacia de Estado que represente con dignidad a Venezuela, designando a profesionales seleccionados por concurso, cuyos ascensos sean autorizados por un jurado calificador idóneo, además de eliminarse la Diplomacia Espectáculo. Solo así Venezuela será vista con admiración, respeto y reconocimiento.
