¿Cumbre de varias Américas? por Omar Hernández - Runrun
¿Cumbre de varias Américas? por Omar Hernández

En medio de ingentes refuerzos de seguridad, los mandatarios del continente electos por la vía del voto popular se congregan en la turística localidad colombiana de Cartagena, en la costa caribeña, para afianzar lazos políticos y concertar mecanismos de cooperación en distintos ámbitos. O al menos, esa es la idea.

El mismo sustantivo de la reunión llama la atención: las Américas. Como si el continente no fuese uno sólo. Quizás se deba a que en la realidad de las cosas, de facto este lado del mundo se caracteriza más por sus diferencias que por sus símiles. Así como se hablaba y habla de las dos Europas o las Europas a varias velocidades (en relación a la admisión de nuevos miembros a la Unión Europea), en América hablamos en términos parecidos.

Resulta que esta Cumbre es uno de los pocos escenarios donde la complicada América Latina se reúne con sus vecinos hemisféricos, aunque distantes por momentos, EEUU y Canadá. Para algunos, la noción de una América unida es una mera ficción geográfica originada por una simple coincidencia de latitudes. Para quienes eso opinan, Latinoamérica siempre se ha visto, y la han visto desde afuera, como algo distinto.

Y quizás no priven en dicha concepción criterios idiomáticos o culturales, es decir, la idiosincracia nadie tiene que ver. Veamos el viejo continente como referencia, donde cada país es un mundo, un universo aparte, más allá de ciertos valores y principios comunes.

Pero es que Latinoamérica ni se entiende a sí misma y ello explica el por qué de las asimetrías, de la pléyade de mecanismos de integración ineficaces y de la existencia de bloques de poder dentro de la misma subregión, que impiden a la misma hablar como un todo y posicionarse como un polo de poder, dejándole esa tarea a países en solitario con elementos suficientes para ello, como Brasil o México.

Dejemos de lado el inexplicable debate sobre la presencia o no de Cuba. Un tema álgido pero inútil, considerando que la mayor de las Antillas no siendo parte de la OEA (organización convocante de la Cumbre), no puede obviamente participar. Es que la Cumbre no posee siquiera una agenda temática clara. En Cartagena se habla y hablará hasta mañana de todo, desde tratados de libre comercio hasta narcotráfico, pasando por los derechos humanos y los grupos indígenas, así como las amenazas reales que penden sobre la democracia de unos cuantos.

A la falta evidente de consenso sobre la mayoría o todos los puntos de discusión, se suma el hecho cierto de que Washington ha ignorado a su vecindario y se concentra en temas más apremiantes, como Siria, Irán y Corea del Norte. Obama se halla inmerso además en una contienda electoral que le hace concentrar su atención en labores domésticas que poco o nada tienen que ver con el hemisferio. Aunque, hemos de recordar, que en las primarias republicanas varias veces se ha tocado a América Latina en ocasión de algunos debates protagonizados en estados con amplias comunidades hispanoparlantes.

Habrá momentos para fotos oficiales y para importantísimas reuniones bilaterales. Habrá espacio para continuar o iniciar interesantes debates. Pero la de Cartagena, será una reunión diplomática más. Una lástima, considerando que en todo el año no habrá cita internacional más relevante para muchos de los países de la región, incluyéndonos. La falta de voluntad política, las ideologías trasnochadas traídas a colación y el exceso «cumbrístico» está minando los esfuerzos de unión en el continente.

 

Omar Hernández
Internacionalista