Egipto en la encrucijada por Omar Hernández - Runrun
Sendai Zea Feb 04, 2012 | Actualizado hace 12 años

La reciente tragedia vivida en Puerto Said en donde el espectáculo del fútbol dio paso al espectáculo de sangre, no hace sino corroborar la percepción de anarquía que se vive en Egipto.

El saldo de los disturbios en el estadio de fútbol de la referida ciudad simula al de cualquier enfrentamiento armado en toda regla. Y las acusaciones son múltiples, todas aderezadas con un aura de complot. Hay quienes dicen que todo fue fraguado por acólitos del defenestrado Hosni Mubarak (quien gobernó Egipto hasta la revuelta popular de principios del año pasado) y otros, culpan a las actuales autoridades aglutinadas en la Junta Militar.

Lo cierto es que la gobernabilidad en Egipto brilla por su ausencia, afectando al principal motor de la economía de aquel mítico país: el turismo internacional ávido de ver la riqueza arqueológica. La población egipcia, la misma que sacó a Mubarak del poder, esperaba un cambio a la democracia. Una democracia pensada en un contexto muy particular, pero democracia al fin.

El detalle, es que la Junta Militar se atornilló en el poder y ante las manifestaciones callejeras optó por la represión y la retaliación.

Los complicados comicios legislativos egipcios dieron pie a que un sector político mirado con recelo por Occidente, los islamistas, ganasen con contundencia y sin atisbo de duda, la mayoría parlamentaria. La evidente falta de seguridad en Egipto y el aparente descontrol, podría catapultar a dicho sector políticamente.

Así las cosas, los disturbios de Puerto Said tendrán más consecuencias políticas domésticas que las que muchos esperan.

La transición de un modelo autocrático a algo que aún no se tiene muy claro qué es, puede ser más traumática que lo que en un principio se pensó. Y en Egipto la situación fácilmente podría desembocar en un golpe a la Junta Militar -aunque suene redundante- o una irrupción de los islamistas.

Existe ahora mismo una evidente disonancia entre el legislativo y ejecutivo egipcios. Si ambos se ignoran, el caos se agravará y quienes más sufrirán los efectos serán los mismos que llevan ya un año luchando por lograr un sistema que les garantice estabilidad y al mismo tiempo, garantía de las libertades fundamentales.

Tal parece que la Primavera Árabe que tuvo en Egipto uno de sus «éxitos» aún no se ha concretado del todo. La Plaza Tahrir sigue concentrando a miles de egipcios que reclaman algo que luce evidente: tras la caída de Mubarak no han visto cristalizar su revolución como lo esperaban.

Se estima, también con algo de ayuda de la presión internacional, que sean convocadas elecciones presidenciales para mediados de este año. Y, la Junta Militar ha asegurado que se irá antes que finalice Junio. Para muchos quizás, ese mes es demasiado tarde.

¿Se precipitarán los acontecimientos en Egipto? El tiempo dirá…

Omar Hernández

@omarhUN