De “triunfo en triunfo” hasta la derrota final, por Milos Alcalay
De “triunfo en triunfo” hasta la derrota final, por Milos Alcalay

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A pesar de la euforia del Gobierno anunciando su gran triunfo en la Reunión del Consejo Permanente de la OEA del 23 de junio, lo cierto es que la “diplomacia bolivariana” tuvo una nueva derrota diplomática porque a pesar de sus múltiples amenazas y chantajes no pudo evitar que el Secretario General de la OEA presentara el Informe  sobre la situación de Venezuela en aplicación del artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana.

20 Estados aprobaron favorablemente que el Secretario General presentara su Informe sobre la grave Situación de Venezuela, a lo que se sumaron las muestras de preocupación  de los mayoría de Gobiernos miembros de la OEA. Tan solo 11  países acompañaron a Venezuela y dos de los que siempre votaban por Caracas, se abstuvieron con lo que se demuestra que la etapa de la “solidaridad automática” ya no opera a favor de Venezuela como se imponía en el pasado

Almagro hizo una pormenorizada presentación de la grave situación política, social, económica, ética e institucional y a al final hizo varias recomendaciones que deberán ser tratadas por la vía diplomática como el tema de constitución de un GRUPO DE AMIGOS DE VENEZUELA, libertad para los presos políticos, referéndum revocatorio este año, reconocimiento a las leyes aprobadas por la Asamblea Nacional, y en síntesis el cumplimiento de un DIÁLOGO REAL, basado en los principios y valores de la democracia.

Una vez presentado el Informe, intervinieron los Embajadores de los países integrantes de la OEA con diferentes matices, pero que en términos generales reiteraron las preocupaciones manifestadas en reuniones anteriores, y ofrecieron la disponibilidad de que  la OEA ayude a contribuir para prevenir un conflicto grave.

La ministro Rodríguez al final tuvo una larga intervención llena de amenazas, desplantes e insultos contra el Secretario General, contra los medios, contra los Estados Unidos, acusándolos de “golpistas” y que la Carta presuponía una intervención militar Norteamericana con el apoyo de Almagro , y otras fábulas típicas de una novela de política ficción. Los muy pocos aplausos al final de su desacertada  “diplomacia de carrito chocón” muestran el rechazo a esa dialéctica de confrontación que ha caracterizado al actual Gobierno. Tampoco pudo silenciar en sus contactos al Presidente de la Asamblea Nacional Ramos Allup y los parlamentarios que lo acompañaron, quienes prefirieron hacer sus contactos paralelamente para no darle argumentos a la agresiva Canciller que los acusa de traición a la Patria.

Los efectos de la Carta Democrática ya comienzan a dar sus frutos: En MERCOSUR no se dio la reunión de Presidentes para restar importancia a la Presidencia Pro Tempore de Venezuela; el Grupo de Amigos avanza con las sugerencias de Gobiernos en UNASUR y ya los Presidentes de Canadá, Estados Unidos y México exigen el referéndum revocatorio este año y la libertad de los presos políticos. Si esos son “triunfos”, irán de triunfo en triunfo hasta la derrota final.

@milosalcalay