La Guerra en Afganistán: La Comunidad Internacional pasa la página - Runrun


Estados Unidos invadió Afganistán en octubre de 2001, intentando tras los sucesos del 11 de septiembre, capturar a los responsables del atentado y empezar su embestida contra el terrorismo internacional, algo que no consiguieron hasta el año 2011.

El principal responsable de los sucesos, Osama bin Laden, logró huir a Pakistán y otros territorios circunvecinos, dejando a los estadounidenses en medio de una guerra, y el saldo de un Estado hoy considerado por una gran cantidad de personas y gobiernos como fallido.

Tras la muerte de Bin Laden en Pakistán y asumiendo que ese “Plan Democratizador para el Medio Oriente” era imposible de construir y lograr, Barack Obama y otros líderes comprometidos con esta causa, se decantaron finalmente por la retirada.

Si bien es cierto que ningún presidente admitirá el error de esa guerra como tampoco pasará en el caso de Irak, las principales potencias del mundo,  al unísono de una campana, se han planteado paralelamente retirar sus tropas de este país para darle preeminencia a los asuntos domésticos, las coyunturas del entorno regional, caso Europa, y otras inquietantes situaciones como las que se viven y vivirán en Asia, África y América Latina.

Por su parte, Francia iniciará un repliegue paulatino y de modo proporcional, comparable a la de los refuerzos estadounidense. ampliar fotoEspaña ha precisado por primera vez su calendario en Afganistán, el cual supondrán una retirada del 10% para el 2012, un 40% en el primer semestre de 2013 y el resto en 2014.

Estados Unidos y sus aliados en el seno de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) adoptaran esta táctica para ceder control de la seguridad en el país a las autoridades entre el 2011 y 2014, lo cual respalda los objetivos de la OTAN de aplicar un período de transición pero no de retirada total.

Una salida segura de Afganistán requeriría de 1) fuerzas locales capaces de dominar y enfrentar tanto a talibanes como otras fuerzas de inestabilidad en el país; 2) que exista un plan de gobierno por parte de las autoridades afganas y 3) que la capacidad del enemigo, en este caso el más claro, los talibanes, se haya reducido lo suficiente.

De estos tres requerimientos ni siquiera la capacidad de disminuir el poder del enemigo ha sido completamente garantizado. Se logró atacar una parte importante del liderazgo de Al Qaeda pero eso no significa para la comunidad internacional que el paso de página y abocarse a otros asuntos del interés mundial redunden en mayor estabilidad tanto para la región como para la potencia estadounidense que sigue manteniendo intereses geoestratégicos en aquella zona.

Esto queda patentado tras los atentados de los últimos días en los cuales se ha cobrado la vida de soldados españoles y estadounidenses, además de civiles.

Por Adriana Boersner Herrera

Twitter: @aboersner @diploos