La reelección enamora una vez más a Naciones Unidas - Runrun



La Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas ha votado unánimemente esta semana por un segundo período de cinco años del surcoreano Ban Ki-moon al frente de la secretaria general de la organización.

A diferencia de su antecesor Kofi Annan, Ban Ki-moon no posee el mismo carisma pero si ha logrado captar la atención internacional, o al menos de un sector, con una imagen mucho más positiva ante los defensores de derechos humanos en el mundo, debido sobre todo, a los acontecimientos recientes en la región magrebí y el Medio Oriente. Asimismo, a través de una diplomacia discreta que si bien le valió criticas fuertes tras un comienzo silencioso en la secretaría general, en pleno año 2011, parece haber adoptado una postura mucho más decidida y más confiada ante las crisis de comienzo de año.

A lo largo de este período, el secretario general de la ONU ha tratado de mantener la armonía en las discusiones dentro del Consejo de Seguridad; ha tocado y enfrentado problemas que discurren desde lo socio-político y político-militar como requerir reformas en Birmania a favor de un futuro de estabilidad democrática, fijar posición ante las revueltas sociales y políticas en África (Costa de Marfil, Egipto, Túnez y Libia) y Medio Oriente, intervenciones y conflictos como el del Líbano en 2006-2007 o el de la Franja de Gaza en 2008-2009; hasta lo socio-económico como la ayuda humanitaria tras desastres naturales en Myanmar (2008), Pakistán (2010), Haití (2010), y Magreb-Medio Oriente (2011) y consolidar paquetes de ayuda financiera para los países subdesarrollados, pasando por foros y debates de discusión que tomarán en cuenta temas actuales de la agenda como el empoderamiento de la mujer, metas del desarrollo del milenio, y estrategias de salud.

Movilizar a grandes líderes mundiales en torno a retos como el cambio climático, el uso de la energía, crisis económicas, presiones motivadas por problemas como la inmigración, violación de los derechos humanos y la crisis de alimentos, ha reforzado el papel no sólo de su imagen como secretario general, sino de la organización entera a nivel internacional.

Temas pendientes en la agenda

Lucha contra el cambio climático; mayor justicia y trabajo en defensa de los derechos humanos en aquellos países en donde aún siendo catalogados como tercer, o incluso, cuarto mundo, siguen violándose los derechos fundamentales del hombre; promoción de mayor paz que acciones e intervenciones militares;  progresos de mediación en conflictos históricos como el árabe-israelí y demás procesos de paz en el Medio Oriente; lucha por la verdadera democracia de los sistemas políticos y los pueblos en el mundo; y despolitización del sistema de Naciones Unidas.

La reelección representa más allá de los logros y las potenciales críticas sobre la gestión, un aliento a quien ha logrado trabajar en armonía y con fina diplomacia en lograr la confianza decisiva de las naciones más poderosas.

Según la Carta de Naciones Unidas, el secretario general debe de ser nombrado por los cinco miembros permanentes con derecho a veto del Consejo de Seguridad y los diez países rotatorios, además de contar con la ratificación de  los 192 países de la Asamblea General.

Tras la propuesta emanada tanto por el Consejo de Seguridad como por la Comisión de Derechos Humanos de la organización, y la falta de adversario, la reelección estaba asegurada.

Por Adriana Boersner Herrera

@aboersner  @diploos

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