Ollanta Humala: ¿Canto de Sirenas? - Runrun
Redacción Runrun.es Jun 08, 2011 | Actualizado hace 13 años


Ollanta Humala,  ha afirmado en sus primeras entrevistas como nuevo presidente del Perú que no seguirá los pasos de su ¿antiguo? aliado y homólogo,  Hugo Chávez. Las recetas de Ignacio Lula Da Silva rindieron sus frutos como un hombre de izquierda que tras dos períodos presidenciales en Brasil (2003-2011), avances importantes en materia económica y política interna, y catapultar al país por excelencia de la samba y los estrafalarios carnavales, a un alto nivel en la escena internacional, ahora se ve materializado además, en respaldar a otros líderes como Humala a evitar los posibles avances de gobiernos de derecha en la región latinoamericana.

Sin embargo, el tránsito hacia el éxito no ha sido tan cómodo, como tampoco lo será el camino que le quedará por recorrer ahora al Perú con el gobierno de Ollanta Humala. El estrecho margen con el que el vencedor ganó las elecciones dice mucho de una sociedad caracterizada como otros países de la región, por un sistema de partidos débil; facturas del pasado que parecieran ser problemas cada vez más trascendentales que nunca y que truncaron el camino de la candidata del partido Fuerza 2011, Keiko Fujimori; y un juego de alianzas regionales que fueron foco importante en el debate presidencial. A pesar de no ser Perú un país caracterizado por su apuesta en el campo internacional, estas elecciones si dejaron patentes que las relaciones externas y el espacio regional, impactaron en el propio ámbito doméstico.

El liderazgo de Humala en Perú tiene una cara mucho más desprolija que la del año 2006. Pareciera ser un líder de izquierda que insiste en que trabajará con Washington y utilizará la fórmula del éxito dentro de su agenda nacionalista, de mezclar el apoyo de la empresa privada al tiempo que impulsará transformaciones sociales.  No obstante, habría que tener cuidado como se emplearán esas reformas sin que la principal preocupación de los opositores a su gobierno se haga realidad: instaurar un gobierno como el venezolano.

El apoyo brindado por intelectuales y políticos le creó a Humala mucho más respaldo del esperado, lo que al inicio lo obligará a conciliar hacia un gobierno de centro y afianzar la economía del país, sin espantar los capitales privados, que hasta ahora han sido motor y parte del respaldado del crecimiento económico del país.

Como todo proceso habrá que esperar pero estando atentos a esas promesas que no acabarán con la empresa privada, ni la libertad de expresión, u otras aristas importantes como la promoción de reformas sociales tan publicitadas durante la campaña presidencial del líder de izquierda y que han sido la fórmula, junto con el alejamiento de otras fuerzas de “izquierda” de la periferia para lograr la victoria. Esperemos que esto no sea un canto de sirenas con un encantamiento igual o peor que el de 1998 en Venezuela, y que el momento que le toca presidir a Humala genere más prosperidad para un país que tras largos y continuos tropiezos, ha logrado posicionarse como una de las economías más estables y atrayentes para la inversión extranjera en la región Suramericana.

Por Adriana Boersner Herrera

Twitter: @aboersner @diploos

http://diploos.com