A 201 años de una independencia que no es tal - Runrun

Por Adriana Boersner Herrera

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A partir del 19 de Abril de 1810 se inicia el proceso de independencia que permitiría alcanzar la declaración de la independencia, el 5 de julio del siguiente año. Desde entonces gobierno tras gobierno ha recordado, tanto una fecha como la otra, bajo el manto de un protocolo y riguroso homenaje a aquellos padres de la patria que hacen perpetuar año tras año el mito de una independencia que hoy por hoy seguimos sin tener.

Hoy día, la llamada Revolución Bolivariana reafirma la gesta emancipadora a través de lo que el gobierno venezolano cree que es la inclusión del Poder Popular en cada una de las ramas de los poderes públicos del Estado. Tan sólo parece ser un cambio de nombre, una fachada cosmética sin mayores cambios de fondo.

¿A qué independencia se referirá el presidente Hugo Chávez? En lo que llevamos del año  2011, el gobierno de Venezuela ha firmado con China, un macro-acuerdo donde figuran la estatal PDVSA y un conglomerado empresarial chino, entre ellos el Industrial and Comercial Bank of China y Citic Group de Pekín, que dará una financiación de $4.000 millones a Venezuela y que se pagará como viene ocurriendo con otros acuerdos pasados, con barriles de petróleo venezolano a precios irrisorios.

En 2010, Rusia entregó un crédito a Venezuela por $4.000 millones para compra de armamento, sumado a otro crédito por 2.200 millones en 2009 para equipar, según el gobierno de Hugo Chávez, su fuerza armada y defender al país sudamericano de alguna «amenaza» externa.

Venezuela en 5 años ha comprado casi $11.000 millones de armamento ruso, algo que resulta incomprensible cuando el deficit de vivienda en el país se incrementa cada año en 100.000, ninguna misión hábitat o PDVSA Socialista contribuye a disminuir este déficit, y la situación empeora si examinamos otros ámbitos públicos y privados del país como la salud, la educación o la tenencia de la tierra.

Si se leen los portales oficiales, el tema de la vivienda es abordado por descalificaciones a un pasado que ya parece bastante lejano luego de 12 años de un gobierno que no termina de solucionar siquiera las necesidades básicas de la población, sólo se atiene a un ideal y un capricho personalista. “Reivindicar al pueblo” es el derecho constitucional a la vivienda, que fue uno de los más irrespetados durante anteriores Gobiernos [según este gobierno]. Mi pregunta ahora es ¿qué pensará la gente que está damnificada en el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores o Casa Amarilla o cualquier otro edificio de gobierno? ¿Se sentirán reivindicados en esta situación de hacinamiento?

Mientras el presidente venezolano insiste que somos un país soberano, independiente del centro imperialista, habría que preguntarse a qué centro imperialista se refiere. Desde hace tiempo,  el comercio entre Estados Unidos y Venezuela ha decaído, dejando que nuestro principal producto de exportación al país del norte pase a ser el cuarto en la lista tras Canadá, México y Arabia Saudita. Sin embargo, la dependencia sigue siendo clara por un tema lógico de estabilidad y potencialidad comercial.

Esa independencia anhelada desde 1810 se ha convertido en pleno siglo XXI en algo ilusorio cuando tras constantes y repetitivas cadenas y alocuciones, lejos de mejorar los problemas de dependencia de gobiernos  pasados, estamos cometiendo los mismos y peores errores. Creer que la independencia sólo se obtiene alejándonos de Estados Unidos y acercándonos a países con vicios iguales y que codician la vuelta de antiguas potencias que una vez fueron florecientes como la China o la Rusia Imperial, es no sólo un error en sí, sino también,  desvirtuar el sentido de lo que es urgente de atender frente a lo que es realmente importante para el país.