Premio a la censura por David Smolansky U. - Runrun


La facultad de periodismo de la Universidad  Nacional de La Plata en Argentina no tiene idea de lo que significa el ejercicio independiente de la prensa, desconoce la situación de los medios de comunicación en Venezuela o quiere ser cómplice de un sistema que se ha caracterizado por la censura y la limitación a la libertad de expresión. Esto lo decimos a colación del insólito premio de periodismo que recibirá Hugo Chávez por “derrumbar el monopolio de los medios”, según el comité académico que tomó semejante decisión.

Habría que explicarle a los amigos platenses lo que ha significado ser periodista en los 12 años de gobierno revolucionario y el cerco que hemos sentido los ciudadanos al sintonizar una emisora de radio o querer disfrutar de la programación de cualquier canal de televisión. Ustedes no saben de las agresiones verbales y físicas que han sufrido cientos de periodistas independientes por parte de seguidores del oficialismo; desconocen de las persecuciones, amenazas e, incluso, detenciones que se han hecho a aquellos que no renuncian a informar verazmente; no han leído de la “hegemonía comunicacional” que el propio gobierno quiere instaurar en Venezuela. No, no lo saben o son cómplices.

Con este galardón “Rodolfo Walsh” (en honor a un periodista que denunció los excesos de la dictadura militar en los años setenta en Argentina) muestra su ignorancia, excelentísimo comité académico, cuando Chávez uniformado de militar mandó a clausurar Radio Caracas de Televisión, el canal más antiguo del país, que tenía una línea editorial crítica al gobierno nacional. “Más que por la defensa a la libertad de expresión, es por el apoyo a la comunicación popular, a la diversificación de los medios y el impulso de Telesur”, señaló uno de los “académicos” que votó a favor del reconocimiento al Presidente venezolano. ¿Cuál diversificación? Creo que no sabe usted que Chávez ha encadenado al país para sintonizar sus mensajes en casi 2.000 ocasiones, lo que equivale a cerca de 1.500 horas ininterrumpidas de transmisión. Tampoco sabe o se hace el pendejo cuando Chávez clausuró más de 30 emisoras de radio, incluida varias populares que por años informaron a las comunidades más pobres y abandonadas.

Vergüenza debería darles, ya que la propia Corte Interamericana de Derechos Humanos ha reiterado en numerosas ocasiones la poca seguridad que gozan los medios independientes y ha hecho observaciones a reformas legislativas que van en contra de la libertad de expresión. Los argumentos sobran para descalificar a este premio y reivindicar a quienes sí creemos en el libre ejercicio.

Por cierto, como anécdota de más conchupancia, para el acto de entrega no participará ningún medio privado, solo los del Estado argentino. Vaya ejemplo de diversidad. Comparten lo mismo que hace el “galardonado” cuando restringe a los medios independientes a acceder a la fuente oficial. “No conozco la realidad cotidiana de Venezuela”, dijo otro miembro del comité académico.

No, no la conoces o te haces el pendejo, por eso premias a la censura.