Los anuncios de Maduro que preocupan por Tomás Horacio Hernández - Runrun

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Hace par de semanas Rafael Ramírez soltó en su viaje por Londres y por Viena una perla que si bien fue interpretada como una medida sensata por cualquier venezolano pragmático, significó un dolor de cabeza para cualquier chavista. Lo que Ramírez tildó como una unificación de la tasa cambiaria no es otra cosa que una vulgar devaluación del bolívar fuerte. Esta medida tiene una explicación muy sencilla que se resume en 3 palabras: fracaso del sistema.

Ahora bien, Ramírez fue cuidadoso y hábil con su anuncio ya que notificó que antes de tomar cualquier medida monetaria se debían tomar otras medidas en el corto plazo. Con esa estrategia Ramírez compartió la responsabilidad con Maduro y a su vez se quitó parcialmente el costo político de esas acciones.

Esta semana, previo a su alocución y su aniversario de matrimonio, Maduro catalogó las medidas a tomar como históricas. Pero como de costumbre, el presidente nos aburrió con su imitación del difunto y al final del día terminó anunciando que venían medidas fiscales fuertes. Como si se tratara de un capítulo de la pantera rosa con los tres mosqueteros, no sabemos si reír o llorar por las decisiones que no se toman en Miraflores.

Me explico, no es sorpresa para nadie que Venezuela está atravesando una crisis económica sin precedente. Los venezolanos no necesitamos que vengan unos eruditos economistas a explicarnos que tenemos una inflación anual del 60% y que la escasez de alimentos está por encima del 30%. Con el simple hecho de salir a la calle a visitar cualquier comercio o simplemente ir al mercado nos damos cuenta que nuestros bolsillos están sufriendo…bastante.

Llega un momento donde los pañitos calientes ya no tienen más efecto. Actualmente estamos atravesando un periodo donde ni la creación de nuevas misiones ni el  lanzamiento de un Dakazo puede darle oxígeno al gobierno. Eso es grave.

Las medidas que necesita tomar el gobierno para salir adelante implican una revisión profunda del modelo chavista. Ese modelo centralizado con exceso de controles nos ha traído hasta aquí y para lograr corregirlo se requieren de medidas en otra dirección, medidas pragmáticas y paradójicamente “liberales”.

Ese es precisamente el reto que tiene Maduro y su combo. Debido a que tienen tantos años satanizando al Fondo Monetario Internacional y otras organizaciones similares, hoy por hoy tomar medidas en esa dirección les resulta políticamente muy complicado. Ramírez tiene claro lo que Venezuela necesita en el ámbito económico pero Maduro sabe que en lo político no tiene el respaldo suficiente para lanzarse su “Gran Viraje”. Esa indecisión puede ser mucho más peligrosa de lo que cualquiera se imagina.

Correr la arruga es insostenible, pero cambiar el modelo es parecerse mucho a la cuarta de CAP que tanto han criticado. Tic toc Nicolás…

@TomasHHR