Grupo De Alcahuetas Por David Smolansky - Runrun

La propuesta de mediación en Libia por parte del Gobierno venezolano es la ultima muestra de solidaridad por parte del presidente Chávez para con Muammar Gadafi. A pesar de la resolución del consejo de seguridad de la ONU que prohíbe la salida del país al mandatario libio y obliga el congelamiento de sus fondos, Caracas ha insistido en tender puentes con Trípoli. No solo eso, se ignora la decisión de suspensión de Libia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Venezuela, Nicaragua y Cuba, únicos países que votaron en contra) y los pronunciamientos emitidos por la Liga Árabe, la Unión Africana y la Unión Europea.
La cancillería nacional plantea un dialogo -para no verse sola- a través de los países miembros del ALBA (Ecuador, Bolivia, Nicaragua, Cuba, Dominica, Antigua y Barbuda, Venezuela y San Vicente y Las Granadinas) que busca «evitar en Libia cualquier intervención militar como la ocurrida en Irak». Es decir, Caracas promueve la condena de una situación que pudiese ocurrir, mas no ha rechazado todavía la masacre de miles de libios que sigue ocurriendo a través de las ordenes de Gadafi.

Qué paradoja. Vaya negación a las atrocidades que hoy esta expuesto el pueblo libio. Además, esta claro que la escueta propuesta de entendimiento carece de objetividad alguna debido a la «profunda amistad» que el presidente Chávez ha manifestado tener con el dirigente libio. Tan polémica ha sido, que el propio hijo de Gadafi se mostro en contra, generando una contradicción con su padre, ironizando sobre la situación de Venezuela. «Los problemas de Libia los resolvemos nosotros, no queremos intervención extranjera (…) Es como si yo buscara resolver algún conflicto en Amazonas, no se nada de eso», dijo Saif el-Islam Gadafi. La Unión Europea, Estados Unidos, Gran Bretaña, entre otros también han rechazado el plan de Caracas.

Pareciera que lo único que busca Chávez es tratar de hacerle ganar tiempo a su aliado para que sobreviva a las manifestaciones que tienen 3 semanas ininterrumpidas. Por eso hace el llamado reiterado de un «grupo de amigos» para solventar la situación, sin darse cuenta de lo aislado que se encuentra en el contexto internacional. Posiblemente varios miembros del ALBA hayan caído en la manipulación del mandatario venezolano a raíz de los beneficios que Caracas otorga, descuidando la reputación internacional y la solidaridad con un pueblo que a través de bombas y misiles se le sigue negando la libertad. No son un «grupo de amigos», son un grupo de alcahuetas, por decir lo menos.

David Smolanksy

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