El año 2011 comenzó teniendo la presencia del Presidente de Venezuela en la Asamblea Nacional donde llevó acabo su memoria y cuenta del año 2010. Naturalmente jugó con las cifras, evadió responsabilidades, insto al diálogo ( que se le olvidó pocos días después) y hasta ofreció entregar la Ley Habilitante en Mayo (cosa que también se le olvidó y echó para atrás pocos días después).
Dado ese precedente, no podíamos esperar entonces algo diferente de los distintos ilustres que se presentaron esta semana a realizar también su memoria y cuenta en la Asamblea Nacional. En líneas generales la estrategia discursiva es la misma que dicta su comandante: primero posicionan el nombre de Bolívar, luego pasan a hablar en nombre del socialismo, pasan evidentemente a culpar al capitalismo por sus males y deficiencias, mencionan la palabra pueblo unas tantas decenas de veces y finalizan como de costumbre con una promesa que por lo general queda incumplida.
El caso de la intervención del Canciller de la República Nicolás Maduro se mantuvo entonces acorde a las necesidades y obligaciones del régimen. El Canciller afirmó que la política exterior venezolana “comenzó a ser por primera vez una política exterior independiente y soberana” y que el “El proyecto Simón Bolívar es coherente, unitario, con una perspectiva y un horizonte socialista”.
La primera afirmación de nuestro ilustre es tan engañosa como estúpida. Primero porque en ningún momento nuestra política exterior ha estado bajo la bota y autoridad de otra nación, segundo porque al hablar de la política exterior de un Estado es natural que ésta sea independiente y no sirva los intereses de otro Estado, tercero la política exterior debería velar en principio por los intereses exclusivos de su territorio y por ende de sus habitantes y no por los de un tercero, y finalmente, que es particularmente la parte estúpida, es que la afirmación en sí lo que pretende es disfrazar una pésima gestión de la política nacional.
En este espacio se ha mencionado anteriormente como poco a poco la política exterior se ha convertido prácticamente en la política nacional. El Estado Venezolano ha sido tan deficiente en resolver sus problemas a nivel nacional que cada semana que pasa son mas los acuerdos y tratados que firmamos con terceros, y estos, lejos de impulsar el aparato productor nacional lo que hace es impedir a toda costa su crecimiento.
Entonces no te pases de Maduro Canciller. El cuentico lo puedes dejar para otro momento.
Tomas Horacio Hernandez
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