Y la Revolución cubana triunfó por María Teresa Belandria - Runrun

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La finalizada cumbre de la CELAC de La Habana me obliga a reflexionar sobre nuestra región. La CELAC, idea del Socialismo en el Siglo XXI como expresión del Foro de Sao Paulo y cuyo objetivo es la “integración latinoamericana y caribeña” sin los Estados Unidos y Canada es un verdadero triunfo postergado por 55 años de Fidel, Raul, el Che y todos quienes a sangre, fuego, tortura, exclusión, saqueo, expropiación y dolor hicieron de Cuba una cárcel cuyos barrotes siguen allí, hoy brillantemente lustrados gracias a las rodillas de todos los Presidentes que asistieron a la cita.

¿Cómo no sentir vergüenza al presenciar el desfile de mandatarios democráticamente elegidos en sus países, estrechar la mano del verdugo de cientos de miles de cubanos? ¿Con que moral regresan a la comodidad de sus palacios presidenciales a exigir el cumplimiento de la Ley, los rituales de la separación de poderes y hasta el final del embargo, si fueron incapaces, (con la excepción de Piñera quien estando de salida y sin nada que perder se reunió con las damas de blanco), de exigirle a los dictadores, respeto por la disidencia?

Nuestro continente, que sufrió los embates de las peores dictaduras, demostró que solidaridad de los demócratas con los suyos era incuestionable. Un asunto de honor. Venezuela, líder en la región con la Doctrina Betancourt y cuyo promotor no debe descansar en paz luego de esta Cumbre, ayudo, acogió, asilo y protegió a los líderes políticos y ciudadanos que por pensar diferente eran objeto de persecución. Ejemplos abundan. Todo eso quedó en el olvido. Incluso para la mandataria chilena que se negó a dialogar con las fuerzas democráticas venezolanas en 2013, siendo ella una perseguida.

En 2013, escribí en este mismo portal un artículo titulado Una cumbre Vergonzosa y allí exprese claramente lo que para ese momento pensaba sobre la presidencia Pro-tempore de Cuba en la CELAC y el derrotero que esa ignominia significaría para nuestra región. Me quedé corta.

La situación hoy es mucho peor, ya no solo los jefes de estado latinoamericanos, albistas y no albistas son aliados de los Castro. El Secretario General de la OEA, el más nefasto de todos quienes han ejercido ese cargo, el chileno José Miguel Insulza, sin exigir que Cuba firme la Carta Democrática Interamericana, ni el Pacto de San José, le abre los brazos de par en par a un régimen oprobioso e impresentable, echando por tierra 50 años de lucha en la Comisión y la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Qué vergüenza. Y para completar esta ópera bufa el Secretario General de la ONU Ban Ki-Moon, declara en la isla-prisión los grandes avances de la región. ¿Será porque ahora los Castro no fusilan? Porque escondieron tras barrotes la miseria durante su visita?

Lo que sí ha quedado claro en esta cumbre vergonzosa es que violar los derechos humanos, torturar, expropiar, no celebrar elecciones libres y justas, perseguir a la disidencia, apalear a las damas de blanco; dejar que los presos políticos mueran en las cárceles o de hambre; que no exista separación de poderes; ni prensa libre durante 55 años no tiene ningún costo político en el mundo contemporáneo latinoamericano y caribeño.

En la CELAC, se enterró la democracia y con ella la posibilidad de que la lucha por los derechos fundamentales encuentre ecos allende nuestras fronteras. Con el aplauso de Presidentes que se jactan de su legitimidad se brindó por el fin de la República. Cuánto daño ha hecho la chequera ya no tan infinita. Las consecuencias, bañan de sangre y deshonor las calles de mi país.

No me queda ninguna duda. Les tomo 55 años, primero a tiros, luego financiando invasiones gracias a los aportes soviéticos y finalmente ahora disfrutando de la generosidad y los dólares provenientes del petróleo venezolano. Fidel puede morir tranquilo. La Revolución cubana, triunfó.

Maria Teresa Belandria

@matebe