Enfrentamientos durante protestas en Nicaragua dejan varios heridos

Las fuerzas antidisturbios de la Policía Nacional de Nicaragua, conocidas como los antimotines, disolvieron una protesta pacífica en el barrio histórico de Monimbó la noche de este domingo, en la ciudad de Masaya, al sur de la capital. Los ciudadanos reportan varios heridos, pero todavía no se conoce oficialmente una cifra de afectados.

Cientos de personas se congregaron para protestar pacíficamente contra la represión del gobierno de Daniel Ortega en este barrio, considerado un bastión del sandinismo en Nicaragua. Desde antes de iniciar la concentración popular fuerzas de choque del gobierno los asediaron, aunque el enfrentamiento vino después.

Los manifestantes, que se congregaron por cuenta propia sin atender a convocatorias de alguna organización, terminaron cerca de las ocho de la noche una vigilia en la plaza de Monimbó. Pero decidieron trasladar su protesta hacia la ciudad de Niquinohomo, a 23.18 millas (37 kilómetros) de Managua, para pintar de azul y blanco el monumento al héroe nacional y fundador del Frente Sandinista, el general Augusto Sandino.

Más temprano en Niquinohomo, simpatizantes del gobierno había realizado una marcha con trabajadores de las alcaldías de esa zona en la que aprovecharon para pintar con los colores de la bandera sandinista (rojo y negro) el monumento a Sandino.

Luego, decenas de motocicletas, carros y bicicletas con opositores salieron de Monimbó con destino a Niquinohomo para repintar el monumento con los colores patrios, pero su paso fue cortado en la carretera por cientos de antimotines que desde la tarde de este domingo llegaron a la cuidad de Masaya.

Según testigos en la manifestación, la caravana vehicular fue frenada con bombas lacrimógenas y balas de goma. Aunque cuando los enfrentamientos arreciaron se registraron disparos con armas de fuego. Aparentemente hay varios heridos, aunque el número de momento es indeterminado. Los enfrentamientos se prolongaron pasada la medianoche.

La casa del partido Frente Sandinista en Catarina —ciudad situada entre Monimbó y Niquinohomo— fue quemada por los manifestantes.

“Ibamos tranquilos en la moto, me bajé al ver que los antimotines atacaban a la caravana. Un antimotín me tiró de frente, en el puesto médico me extrajeron varios charneles (esquirlas). Nos tiran con saña”, dijo un joven manifestante que declaró bajo anonimato.

“A las autoridades del gobierno y a la policía, les ruego que salven la posibilidad del diálogo. ¡Detengan la reprensión violenta contra población pacífica en Niquinohomo!”, escribió el obispo Silvio Báez en su cuenta de Twitter.

Las imágenes de la violencia policial escalaron en las redes sociales y quebraron la relativa calma que había caracterizado a los antimotines desde que volvieron a las calles tras la brutal represión que ha dejado 46 asesinados confirmados, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).

Varias cámaras empresariales condenaron la represión de la Policía Nacional en sus cuentas de redes sociales. “El gobierno y la policía deben parar de inmediato la represión. Basta ya de seguir derramando la sangre de hermanos”, escribió José Adán Aguerri, presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep).

Mientras la represión continuaba los estudiantes del Movimiento 19 de abril emitieron un comunicado en el que informaron que se retiran del diálogo nacional con el Gobierno de Daniel Ortega.

“En solidaridad con el pueblo de Masaya, Catarina y Niquinohomo hemos decidido retirarnos del diálogo hasta que el Gobierno cese la represión. No podemos sentarnos a negociar con un Gobierno opresor y genocida”, sostuvieron los universitarios en una conferencia de prensa organizada de emergencia en la Universidad Politécnica (Upoli), en la ciudad de Managua.

Al margen de la represión en Monimbó y Niquinohomo, Univisión confirmó la muerte del joven Kevin Dávila López de 23 años de edad. El estudiante de veterinaria falleció luego de pasar en un coma profundo desde el pasado 21 de abril, cuando fue impactado por una bala en la cabeza durante los disturbios en la Upoli.

Sus familiares confirmaron a Univisión Noticias que el joven murió a eso de las siete de la noche en el Hospital Antonio Lenin Fonseca a causa de un edema cerebral severo.

“Lo hirieron con una bala de un arma que solo los policías tienen”, mencionó Moisés López, tío de la víctima.