Los chinos: los verdaderos pasteleros del fútbol - Runrun
Los chinos: los verdaderos pasteleros del fútbol

Víctor Grao

La Pizarra del DT

@LaPizarraDelDT_

Hace 20 años, en Venezuela apoyaban a selecciones extranjeras. Cuando los equipos llegaban al país, ocurría un extraño fenómeno donde se veían a los aficionados vistiendo camisas de Brasil o Argentina, pero nunca la propia. Se desconocía que era ponerse la vinotinto. Ese fenómeno terminó en 2002 con la selección de Richard Páez.

Si bien no resulta un problema usar las prendas de vestir de otra selección, para personas de ciertas nacionalidades es un insulto a su país hacerlo. En China no lo es. Miles de fanáticos orientales llegaron a Rusia portando la de otros países, pero siendo principales poseedores de la 10 de Messi.

A la salida del partido entre Islandia y Argentina se veían caras largas de los bonaerenses, pero caras de felicidad de los chinos. El resultado no era lo más importante porque ya habían logrado ver a su ídolo.

Conversando con varios de ellos, coincidían en dos principales nombres: Sergio “Kun” Agüero y el ya mencionado Messi, como principales exponentes de la albiceleste. La globalización ha hecho que la industria oriental se vea bombardeada de partidos de la Champions League y de la liga española donde hay muchos sudamericanos como protagonistas.

No obstante, su pasión por el fútbol se estanca allí. Les gusta el deporte. Lo siguen. Viajaron a un Mundial, pero lo que realmente les atrae es la venta que rodea a las grandes competiciones. No consumen otro fútbol o al menos parecen no hacerlo.

Si bien cuentan con equipos en China, sus verdaderas oncenas son el Real Madrid y el Barcelona, de los que tienen camisas, banderas y bufandas. Tan penetrante es la industria China que la primera red social que tuvo Lionel Messi (por mucho tiempo) fue Sina Weibo, la principal del país oriental.

El fútbol chino crece a pasos agigantados. Muy grandes. La inversión económica de grandes magnates hace que los pasos que se dieron en Europa o Sudamérica, sean reducidos a base de dinero. Y así funciona. Dinero a cambio de estrellas y espectáculo.

Si bien todavía no se logra que el hincha chino sea fiel a sus colores, ya se comienzan a ver destellos de evolución por parte de las nuevas generaciones. O al menos eso parece. Seguirán portando sus camisas de Barcelona, pero miran al costado porque llegó el colombiano Jackson Martínez al país. Esa diferencia comienza a hacer algo de ruido.

Un plan que está en proceso de ejecución se está realizando, donde se han construido innumerables canchas para niños. La idea es poder ver una cancha de fútbol por cada 10.000 habitantes para 2030. La búsqueda es que en 2050 puedan ser una potencia futbolística. Algunas reglas en la Superliga China hacen que todos los porteros deban ser nacidos en el país y la utilizar 4 futbolistas extranjeros como máximo.

Por ahora, la industria en China debe conformarse con oír a sus aficionados gritar el nombre de Messi frente a los televisores. Mientras Europa vende millones de camisetas en oriente, los clubes orientales buscan solidificar su cultura futbolística.