La embajada de Rusia en Argentina ocultaba 389 kilos de cocaína en 16 maletas, un “tesoro narco” valuado en 50 millones de euros. Fue el propio embajador ruso en Buenos Aires, Viktor Koronelli, quien en diciembre de 2016 dio aviso a las autoridades locales, alertado por la presencia durante meses de unos bultos sospechosos en el colegio de la sede diplomática. Cuando la policía argentina abrió las maletas encontró la droga. Fue el inicio de una investigación que duró más de un año y que tuvo ribetes cinematográficos. La cocaína se cambió por harina, se colocaron rastreadores satelitales al cargamento y las fuerzas de seguridad de los dos países esperaron con paciencia a que los narcotraficantes cayeran en la trampa. En diciembre el cargamento llegó finalmente a Moscú por correo diplomático y se detuvo a tres personas. Otros dos cayeron este jueves en Buenos Aires y falta la captura de un misterioso “Señor K”, prófugo en Alemania.
Luego, fue necesario armarse de paciencia. El juez Julián Ercolini, a cargo de la investigación, ordenó escuchas telefónicas que permitieron poco a poco descubrir la red narco, hoy detenida. Mantener en secreto la operación fue lo más difícil. “Había mucha gente involucrada y por canales distintos, porque fue una operación coordinada entre dos Estados”, dijo la fuente de la investigación. “Para traducir las conversaciones telefónicas en ruso, por ejemplo, debieron encontrar a un traductor “por fuera de la comunidad rusa en Argentina, para que mantenga el secreto”, agregó.
El primer intento fue en un avión privado, pero el juez pidió al embajador ruso que pusiera una excusa para evitarlo. El temor era que por tratarse de un vuelo no comercial se perdiese el rastro. La segunda vez fue el policía argentino quien intentó trasladar las valijas en un viaje de instrucción de policías de Buenos Aires a Moscú. Se decidió que llevar el cargamento junto con un contingente de policías sería un problema en Moscú. La operación se realizó finalmente en noviembre, con el tercer intento de los narcotraficantes.
“Vinieron a buscar las valijas, las metieron en una camioneta y aprovecharon una mudanza donde se llevaban un montón de cosas del tesorero de la embajada que se había vuelto a Rusia”, dijo la fuente de la investigación. Cuando las maletas llegaron a Moscú la policía rusa detuvo a tres personas que intentaron retirarlas, entre ellas el propio Abyanov. Esta madrugada, la gendarmería detuvo en aeropuerto internacional de Ezeiza al policía ruso- argentino, que llegó junto con su esposa desde Roma, y a su cómplice local, quien fue a buscarlo. Fin de la película.