Obispos venezolanos al Papa: Deje de ser blando con nuestro déspota
Obispos venezolanos al Papa: Deje de ser blando con nuestro déspota

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Un ítem inesperado apareció en la agenda del Papa Francisco en los últimos días. Aunque la reunión no figuraba en su programa semanal pre-anunciado, el 8 de junio se supo que se había abierto un espacio en algún momento para conversar con seis obispos de Venezuela, uno de los lugares más problemáticos del mundo e históricamente católico.

Los visitantes declararon después que habían subrayado su absoluta lealtad al pontífice, y que éste a su vez les había expresado su “plena confianza” en ellos. Ambas afirmaciones son lugares comunes. Hay una contención masiva sobre el papel que la iglesia ha jugado y que podría jugar en detener una sacudida hacia la guerra civil y el desastre humanitario en Venezuela, un país que es abrumadoramente católico.

Los obispos de Venezuela han cuestionado constantemente los abusos de los derechos humanos y el procedimiento democrático por parte de los regímenes de Hugo Chávez y su sucesor, Nicolás Maduro. Pero para muchos venezolanos, el propio Papa ha estado demasiado dispuesto en dar puerta libre al Sr. Maduro. En octubre pasado, por ejemplo, el hombre fuerte venezolano convocó a una reunión con Francisco en un acto de propaganda. Hasta el día de hoy, el Sr. Maduro afirma que al adoptar una postura tan crítica, los obispos de Venezuela no están de acuerdo con su propio pontífice. Entonces culpa a los prelados locales por el estancamiento de un “diálogo” político que quiere llevar a cabo en sus propios términos interesados.

Como una institución que todas las partes quieren aprovechar, la iglesia no puede evitar jugar un papel fundamental en el choque cada vez más agudo entre el régimen de Maduro y sus opositores. Las agencias católicas de socorro, sobre todo Caritas, están profundamente involucradas en el monitoreo y mitigación de los problemas humanitarios del país. Caritas informa que el 11% de los niños venezolanos menores de cinco años padecen de malnutrición moderada a severa. En algunas regiones, las cosas son mucho peores.

La gente que conoce a Venezuela dice que la iglesia ha hablado con al menos cuatro voces diferentes en respuesta a los problemas del país. Sus obispos han sido duros defensores de la libertad civil y del estado de derecho. Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano y ex enviado papal a Venezuela, también ha sido muy claro al señalar las fechorías del régimen.

Sin embargo, su sucesor como nuncio papal en Caracas, Aldo Giordano, ha sido mucho más suave con el señor Maduro. Y el Papa Francisco ha parecido a veces que escucha al Sr. Giordano. Por ejemplo, en comentarios en su regreso a casa desde Egipto en abril, el pontífice consternó a los críticos del régimen de Maduro diciendo que “la oposición está dividida”, lo que implica que esto era un obstáculo para el progreso político.

En diciembre, el cardenal Parolin envió una carta al señor Maduro pidiendo la liberación de los presos políticos, el respeto a la constitución y elecciones justas. El gobierno no ha hecho nada para atender esas demandas, y la visita episcopal de esta semana fue una forma educada de preguntarle al Papa Francisco si la Santa Sede estaba junto a ellos.

Por el relato de los obispos de su sesión con el pontífice, ellos no se ahorraron palabras. Le dieron a su anfitrión una lista de 70 personas, en su mayoría jóvenes, que habían sido asesinados en las represalias del gobierno contra las protestas pacíficas. También le dijeron al pontífice que la lucha interna de Venezuela no era un enfrentamiento entre derecha e izquierda sino más bien una lucha entre un gobierno que se ha convertido en una dictadura, un régimen que sólo sirve a sus propios intereses y un pueblo entero que clama por la libertad y busca desesperadamente, a riesgo de las vidas de los más jóvenes, el pan, medicinas, seguridad, trabajo y elecciones justas.

Los obispos también dijeron al Papa su total oposición al “plan innecesario, inexplicado … y peligroso” de Maduro de convocar a una asamblea constituyente no elegida el próximo mes. Ellos creen que el verdadero propósito de esto es la imposición de una dictadura militar a través de medios supuestamente constitucionales.

¿Francisco escuchará a los prelados, y comenzará a enviar mensajes duros, públicos o privados, al señor Maduro? Podría ser una oportunidad única para mostrar al mundo que puede ser un formidable crítico de los regímenes e ideologías izquierdistas como lo es de los conservadores y los capitalistas.