La Justicia argentina sospecha razonablemente que el esquema de corrupción investigado por la Operación Lava Jato tiene repercusiones en Argentina. Casi cien empresas, incluidas varias brasileñas están en la mira de los abogados del Estado desde Diciembre pasado.

Fuentes locales señalan que entre ellas se encuentran Odebrecht, Andrade Gutierrez, OAS y Camargo Correa. La semana pasada, el procurador argentino responsable de la investigación, Sergio Rodríguez, afirmó abiertamente que la contratista Odebrecht es una de las que trasladó a Argentina “algún tipo de réplica de las maniobras de cartelización” ocurridas en Brasil.

La investigación es todavía embrionaria y habría resultados más concretos en unos tres meses. La Procuraduría pidió al Tesoro General información sobre los pagos efectuados a las empresas investigadas entre 2006 y 2012, a fin de examinar un análisis exhaustivo.

Durante esta época, el superministro Julio De Vido fue el eje central de las grandes contrataciones del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner; de hecho, fue el ministro de más larga duración durante el “kirchnerato” y coordinó igualmente cuestionadas negociaciones con el gobierno venezolano del teniente coronel Hugo Rafael Chávez Frías.

En las investigaciones, vuelve a aparecer José Dirceu, mano derecha del expresidente Luiz Inázio “Lula” da Silva, igualmente con amplias conexiones en Argentina y Venezuela