Pedro Sánchez promete estabilidad presupuestaria en nuevo gobierno español
Pedro Sánchez promete estabilidad presupuestaria en nuevo gobierno español

español

 

El candidato a presidir el Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se comprometió este miércoles a mantener la estabilidad presupuestaria que requiere la Unión Europea como parte de su propuesta económica para el nuevo Ejecutivo, en la que el primer objetivo es la creación de empleo.

Sánchez se dirigió hoy al grupo parlamentario socialista, después de que ayer recibiera el encargo del rey Felipe VI para intentar configurar un gobierno a través de apoyos de otras fuerzas, tras declinar la oferta Mariano Rajoy, vencedor en las elecciones del 20 de diciembre, destacó Efe.

El líder socialista, cuyo partido sólo tiene 90 de los 350 escaños del Congreso, necesita el apoyo de otros grupos para constituir una mayoría que apoye lo que califica como un gobierno de «progreso y cambio».

En este sentido, durante su intervención ante los parlamentarios hizo un llamado al resto de fuerzas políticas para trabajar a favor de un acuerdo en un momento que calificó como «histórico»; «os necesito a todos», dijo el líder socialista.

«Tenemos que dejar atrás los vetos» y «hablar de lo que nos une», manifestó hoy, aunque hasta ahora, las dos principales opciones de pacto, el izquierdista Podemos (69 escaños) y los liberales de Ciudadanos (40) se declaran incompatibles para coincidir en un gobierno que estaría presidido por Sánchez.

El portavoz de Podemos en el Congreso, Íñigo Errejón, insistió en que el futuro ejecutivo tendría que estar encabezado por el PSOE, pero también ser proporcional, con lo que su formación debería tener una posición destacada, como garantes del «cambio político».

Por su parte, el portavoz de Ciudadanos, Juan Carlos Girauta, insistió hoy en su centralidad y pidió al PP a tener «sentido de Estado» y respaldar un ejecutivo «constitucionalista», en referencia a PSOE y Ciudadanos, o bien facilitar un ejecutivo «rupturista» de PSOE y Podemos.

El aspirante a presidir el nuevo gobierno español se comprometió asimismo a hacer un «cambio de fondo» en la política, bajo las ideas de «progreso» y «cambio» después de cuatro años de gobierno del Partido Popular (PP).

Para ello anunció una ronda de consultas con los líderes de todos los grupos parlamentarios de los que quiere recabar apoyos y descartó al PP y a los independentistas catalanes y vascos.

El socialista centró su discurso ante los diputados y senadores de su partido en cuatro propuestas: creación de empleo y compromiso de estabilidad presupuestaria, lucha contra la desigualdad y regeneración democrática con control de la financiación de los partidos.

La última propuesta se refiere a la constitución de un Estado federal como respuesta al desafío de los nacionalistas catalanes, ya que en su opinión, es «la mejor manera de articular la unidad de España y reconocer su diversidad».

Para llevar a cabo las negociaciones, el PSOE ha designado un equipo formado por seis personas, que combinan el peso político en el partido con la experiencia en negociaciones de gobierno.

Aunque Sánchez ha contado con reservas entre los líderes regionales de su partido a la hora de presentarse como alternativa de gobierno, hoy uno de ellos, la dirigente de Andalucía, Susana Díaz, -una de las personas con más peso político-, aseguró que el PSOE actuará con responsabilidad y que los intereses del partido serán «secundarios».

Sin embargo, desde el gobernante PP, muchos de sus dirigentes desconfían de las posibilidades de Sánchez para conformar un programa de gobierno.

Así, el ministro de Asuntos Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, afirmó hoy que ve «difícil» que el líder socialista consiga formar Gobierno y aseguró que esa «coalición heterogénea» que pretende llevar a cabo es «una especie de camarote de los hermanos Marx».

Sánchez pidió ayer un mes para intentar fraguar los acuerdos que permitan conformar un ejecutivo, si no consigue los votos necesarios en la investidura, comenzaría a correr el plazo de dos meses para la convocatoria de nuevas elecciones.