Un mes después de los comicios generales en España, las negociaciones entre el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Podemos para desbancar a Mariano Rajoy del Gobierno siguen encalladas, aunque en los últimos días hubo movimientos que podrían allanar el camino a un pacto.

El partido heredero del movimiento de los indignados y las candidaturas de izquierdas con las que concurrió a los comicios en las regiones de Galicia y Cataluña aceptaron el martes formar un solo grupo en el Congreso de los Diputados, como les pedía el PSOE, renunciando así a su intención de tener varios, destacó DPA.

Solo los cuatro diputados de la candidatura integrada por Podemos en Valencia se descolgaron del grupo. El partido pasa, por tanto, de 69 a 65 escaños en la Cámara baja y se mantiene como tercera fuerza política tras el Partido Popular (PP) de Rajoy y el PSOE.

Lo importante de este gesto es que con él se solventa una de las diferencias que Podemos ha mantenido con los socialistas en las últimas semanas, aunque el partido liderado por Pablo Iglesias dejó claro hoy que el grupo es «confederal y plurinacional» y que sus socios tendrán libertad de voto en el Parlamento.

En la práctica, esto obliga a Sánchez a negociar una hipotética investidura con cada uno de los grupos, según destacó hoy el diario español «El Mundo» en su edición digital. Y, por tanto, también tendrá que recabar el apoyo de los diputados del grupo de Cataluña. Y éste es el principal escollo.

Podemos defiende un referéndum sobre la independencia en la región del noreste de España, mientras que el PSOE, partidario de la unidad de España, apuesta por una reforma en clave federal de la Constitución. La consulta secesionista es una línea roja para los socialistas a la hora de negociar con Podemos. 

Por otra parte, los socios gallegos del partido de Iglesias comunicaron hoy al rey Felipe VI que sí están dispuestos a apoyar «un Gobierno alternativo con Pedro Sánchez». El monarca recibió al grupo en el marco de la ronda de contactos que lleva a cabo esta semana con los partidos políticos con el fin de proponer a un candidato a la investidura.

Al día de hoy resulta difícil saber si España se verá abocada de nuevo a las urnas. Será así en caso de que dos meses después de la primera sesión de investidura, que todavía no tiene fecha ni candidato de forma oficial, no haya un presidente del Gobierno.

Se espera que el rey proponga a Mariano Rajoy, ya que es el líder del partido más votado. La sesión podría celebrarse a principios de febrero.

El jefe del Ejecutivo en funciones insiste en una gran coalición a la alemana integrada por su Partido Popular, el PSOE y Ciudadanos. Sánchez rechaza la propuesta y aboga por un Gobierno alternativo progresista, en caso de que Rajoy no consiga los apoyos necesarios para ser investido.