Dos muertos y cinco heridos en un ataque a un bar en el centro de Tel Aviv
Dos muertos y cinco heridos en un ataque a un bar en el centro de Tel Aviv

TelAviv#1E

 

Tel Aviv, la llamada «ciudad que nunca duerme», no soñaba inaugurar de esta forma el 2016. Tampoco recordaba una jornada tan triste e incierta que ha acabado con el asesinato de dos israelíes y herido a otros cinco. Las víctimas festejaban un cumpleaños en un bar en el centro de la ciudad.

El terrorista, un árabe israelí, consiguió huir convirtiéndose en el objeto de unaespectacular búsqueda filmada en directo y propia de una película como la que proyectaba un cine cercano. Escoltados por helicópteros, centenares de agentes de la Policía y de los servicios secretos internos rastrean edificio por edificio y plaza por plaza en una carrera contrarreloj.

La tensión que ha acompañado a la persecución de un pistolero capaz de volver a actuar en cualquier momento se ha combinado con la confusión sobre su identidad. Al paso de las horas, se ha consolidado la pista terrorista y no delictiva.

 


Al caer la noche y aún en paradero desconocido y armado, se ha revelado su identidad: un árabe, de 29 años, habitante del norte de Israel, con problemas personales y bajo supuesta influencia yihadista. Gracias a las imágenes captadas por las cámaras de seguridad y la denuncia de su padre a la policía, Israel ha compuesto el puzzle sobre el atacante.

«Disparó al menos 15 balas antes de huir. Vi una mujer embarazada que se desmayó y otra herida en el suelo. El terrorista disparaba y sonreía«, contó a EL MUNDO un joven de Tel Aviv sobre el hombre que ha provocado el pánico en la céntrica y bulliciosa avenida Dizengoff.

Todo empezó a las dos y media de la tarde en la tienda Anise. La cámara de seguridad mostró a un hombre con chaqueta oscura y gafas negras eligiendo frutos secos. Tras conversar con el vendedor, dejó la bolsa, sacó un arma automática, salió a la calle e inició su odisea de fuego mostrando una alarmante sangre fría.

Como el resto de locales de la zona, el pub HaSimta estaba en ese momento lleno. A caballo entre la resaca de las fiestas del Fin de Año y la espera de la llegada del Shabat con las tres primeras estrellas en el cielo. Hora punta en Tel Aviv todos los días de la semana y, en especial, los viernes donde se concentran compras, paseos, terrazas, cervezas y cafés.

Alon Bakel (26) estaba al cargo del bar en ese momento. El destino ha querido que fuera el primero en caer acribillado.»Mi hijo era un chaval alegre y sano. Le gustaba la vida. Iba a estudiar ahora Derecho», revelaba David, el padre abatido en el hospital.

Al cabo de unos minutos llegaron los primeros policías y miembros de Maguen David Adom (equivalente a Cruz Roja). Una de las ciudades con mayor oferta de ocio del mundo se ha transformado en una temerosa localidad ante un asesino libre y escondido.

Natalie cuenta que escuchó los disparos pero no quiso ver nada. «Yo soy de la ciudad de Netanya donde hemos sufrido varios atentados suicidas. Por eso, no quería ver nada otra vez como entonces. Pensaba que estaba protegida en Tel Aviv», lamentaba. Pero la «Burbuja» de Tel Aviv no es impermeable.

Como viene siendo un ritual tras cada ataque -y en especial en la ola de más de 150 apuñalamientos y atropellos de palestinos a israelíes desde octubre- el grupo islamista Hamas felicitó la acción. «Es la demostración que el enemigo es vulnerable», decía el portavoz islamista Al Masri.

Pero en Israel no «compraron» tan rápidamente la posible autoría de Hamas aunque fuentes del grupo reconocían esta semana a un diario libanés que planifican acciones armadas en Israel, incluyendo atentados suicidas, para convertir «la Intifada de los cuchillos» en una armada.

«El asesino parecía un profesional y no un suicida», estiman fuentes de la policía a este diario sobre un «lobo solitario» muy diferente a los de los últimos meses. Pudo actuar inspirado por los llamamientos de las facciones armadas palestinas o del Estado Islámico (IS).

La tercera opción apunta a que lo hizo en venganza por la muerte de su tío en un enfrentamiento con un policía israelí en el 2006. Asimismo estuvo en la cárcel tras intentar arrebatar el fusil de un soldado. Según su abogado, Sami Maljem, «tiene problemas mentales. Su familia no tiene nada que ver con el terrorismo». De hecho, su padre es voluntario de la policía.

En su aldea en el norte de Israel, no faltan los que señalan que tenía antecedentes penales. «Por favor, entrégate a la policía. Estamos preocupados por ti», decía ayer Hakem Hadad el director de la escuela en la que estudió hace una década en un desesperado llamamiento en varias cadenas de televisión.

El ataque en el pulmón económico, cultural y nocturno de Israel es la bienvenida que no deseaba el nuevo inspector jefe de la Policia, Roni Elshej, que hasta hace unos días era un alto mando de los servicios secretos internos. Este organismo participa en el amplio dispositivo ante la posibilidad de posibles conexiones con células en Cisjordania.

«Se trata de una acción muy grave y compleja. No podemos revelar todo lo que sabemos porque esto aún no ha acabado. El objetivo ahora es encontrar al asesino», señala Yehuda Dahan, responsable policial en Tel Aviv.

A media tarde, el alcalde Ron Huldai envió un mensaje de calma a sus habitantes que en su mayoría prefirieron quedarse en casa antes de salir. «Este ataque no doblegará el espíritu de Tel Aviv. Aconsejo no hacer especulaciones hasta que sepamos más cosas», decía Huldai en la Plaza Rabin convertida en provisional sala policial de mandos. Al anochecer, aparecieron las velas de recuerdo y tristeza en el centro de Tel Aviv.