Albergues de Cúcuta se convierten en techo de los deportados
Albergues de Cúcuta se convierten en techo de los deportados

 

 

En el Centro de Migraciones de Cúcuta, a donde han llegado en promedio unos 500 colombianos deportados de Venezuela desde el pasado sábado, el panorama es desolador. Mientras muchos hacen fila para el almuerzo que se les brinda en este lugar, Sandra Patricia Carrillo Silva no despega sus ojos del televisor, a la espera de una noticia: que se abra la frontera entre Colombia y Venezuela.

Ella es una tolimense que hace 8 años fue desplazada por los paramilitares en zona rural de Venadillo, por lo que buscó asilo en Venezuela, donde se instaló con su esposo y sus dos hijas. Estando en San Antonio del Táchira, consiguió trabajo haciendo aseo en viviendas, y como todos los días llegaba a trabajar a las 8:30 de la mañana.

“Pero el sábado los de la Guardia me agarraron la cédula y solo me dijeron que le iban a radiar para ver si yo tenía antecedentes. Todo fue a punta de mentiras porque me llevaron a una escuela de San Antonio, luego al Comando para reseñarme y luego me metieron en un patio con todos los deportados.”

A media noche de ese sábado, ella y un promedio de 150 personas fueron encaramadas en un bus y trasladadas hacia la frontera con Colombia, para iniciar el proceso de deportación, el mismo que hoy tiene a los gobiernos de Colombia y Venezuela enfrascados en una crisis diplomática por cuenta del trato que han denunciado los inmigrantes.

Lo que agrava la situación de Sandra Patricia es que su esposo, quien se dedica a la confección de los uniformes de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela, ayer se quemó con gasolina parte de su cuerpo, lo que ha impedido que este se haga cargo de sus hijas, de 11 y 15 años de edad.

“Yo llamé a las niñas a ver cómo estaban y no me querían contar lo que le había pasado al papá. Por fin pude comunicarme con él y me dijo que se le había prendido una gasolina que tenía para la moto. Lo único que sé es que fue trasladado a San Cristóbal (Venezuela), pero mis hijas están solitas, creo que ya se encontraron con mi patrona, a la que le hago el aseo”, expresó la mujer en medio del llanto.

 

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