Unesco calificó de "crimen de guerra" la destrucción de templo en Palmira
Unesco calificó de «crimen de guerra» la destrucción de templo en Palmira

Palmira

 

Un antiguo templo en la ciudad siria de Palmira quedó reducido a escombros por los milicianos del grupo yihadista Estado Islámico, afirmó un testigo el lunes, confirmando la destrucción completa del antiguo monumento, un acto que la Unesco calificó de «crimen de guerra».

La agencia cultural de Naciones Unidas calificó la destrucción del templo, parte de un complejo de la era romana que fue uno de los sitios turísticos más populares en Medio Oriente, como «una pérdida inmensa para el pueblo sirio y para la humanidad», destacó AP.

Kishore Rao, director del Centro Patrimonio Universal de Unesco, dijo que la ciudad de Palmira se alza sobre un oasis que era una encrucijada entre el imperio romano, Persia, China e India y que su arquitectura era «una obra maestra del genio creativo humano».

«La destrucción de cualquiera de sus partes es igualmente deplorable», afirmó Rao.

Activistas fuera de Palmira reportaron el domingo la demolición del templo de Baalshamin, aunque dieron versiones contradictorias sobre el momento y el alcance de la destrucción.

El testigo, que usa el nombre de Nasser al-Thaer, dijo que el ataque dinamitero ocurrió el domingo poco después de las 4 de la tarde. Agregó que los extremistas habían colocado hace más de un mes un anillo de botellas con explosivos en el interior y exterior de los muros del templo.

«Fui a verlo desde lejos porque EI estaba allí y porque temía que me preguntaban qué hacía allí», dijo. «Ahora no quedaron más que montones de rocas», acotó.

Manifestó temor de que otros sitios antiguos en Palmira sigan la misma suerte.

Un agente de EI confirmó que el templo fue destruido y dijo que se emitirá una declaración pronto. Habló con la condición del anonimato debido a que los miembros del grupo no están autorizados a hablar con la prensa.

El grupo extremista, que ha impuesto una interpretación brutal de la ley islámica en lo que ha declarado un califato en partes de Siria e Irak, sostiene que las reliquias antiguas promueven la idolatría, pero se cree que ha vendido antigüedades.

Los cimientos del templo de Baalshamin datan del año 23 después de Cristo, dijo Martin Makinson, un arqueólogo que vivió y trabajó en Siria hasta 2011.