Fora Dilma: Protestas callejeras en todo Brasil para exigir salida de Rousseff
Fora Dilma: Protestas callejeras en todo Brasil para exigir salida de Rousseff

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Vestidos de verde y amarillo en honor a la bandera nacional, más de 130.000 brasileños exigieron en las calles la salida de la presidenta Dilma Rousseff, hartos de la triple crisis económica, política e institucional que sacude al país.

En la tercera gran protesta contra el gobierno en seis meses, unas 137.000 personas indignadas con la situación del país salieron a las calles de decenas de ciudades, según la policía, mientras los organizadores calculaban unos 225.000 manifestantes.

La cifra debe ir creciendo al comenzar otras manifestaciones sobre todo en Sao Paulo, feudo de la oposición y la ciudad más poblada con 11 millones de habitantes.

Agitando banderas de Brasil o vestidos con la camiseta «verdeamarela» de la selección de fútbol, los manifestantes cantaron el himno nacional y levantaron pancartas que leían «No a la corrupción», a raíz del colosal escándalo de sobornos que ha costado más de 3.000 millones de dólares a la petrolera estatal Petrobras.

«Vamos a marchar hasta el fin. Hasta que la presidente salga del gobierno. Tiene que irse definitivamente y dejar este país en paz y libre de esa mafia del Partido de los Trabajadores», dijo a la AFP Patricia Soares, una funcionaria pública de 43 años que marchaba en la capital brasileña.

«íFuera Dilma!, «íFuera Dilma!», coreaba la multitud -25.000 según la policía, 45.000 según organizadores- en Brasilia a una sola voz, mientras desplegaba una enorme bandera de Brasil de decenas de metros.

En Rio de Janeiro, sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y donde se disputa este domingo el evento test olímpico de ciclismo de pista, decenas de miles colmaron la avenida Atlántica frente a la célebre playa de Copacabana en un perfecto día de sol, mientras otros en bikini y pequeños shorts de baño preferían tomar sol y se bañaban en el Atlántico.

«Estoy aquí por la situación complicada de Brasil , económica, y por la corrupción y mala gestión del PT», dijo el médico carioca Camilo Lins, de 60 años.

Exigencias. Los manifestantes piden la renuncia o el «impeachment» (destitución tras juicio político en el Congreso) de la presidenta de la séptima economía mundial, de 64 años, que comenzó su segundo mandato hace apenas siete meses.

La popularidad de la mandataria de izquierda ha caído a cifras de un dígito tras cuatro años de frágil o nulo crecimiento económico y un colosal escándalo de corrupción en Petrobras que ha salpicado a su PT, en el poder hace más de 12 años, así como a otros partidos de la coalición de gobierno.

Decenas de políticos -incluidos los presidentes de la Cámara de Diputados y del Senado- y algunos de los principales empresarios de Brasil son investigados en este escándalo que ya ha llevado a la cárcel a varios exjerarcas de Petrobras, a José Dirceu, quien fuera mano derecha del presidente Luiz Inacio Lula da Silva (2003-2010), y al tesorero del PT, Joao Vaccari Neto.

Por primera vez, las protestas tuvieron el respaldo explícito del PSDB (oposición, centro), cuyo líder, el senador Aecio Neves, que perdió en octubre el balotaje contra Rousseff por un margen de apenas 3%, participó este domingo en las protestas en Belo Horizonte, la capital del estado de Minas Gerais (sureste), vestido con una camiseta polo amarilla.

Los manifestantes, convocados sobre todo a través de las redes sociales, esperan superar la cifra de las protestas contra el gobierno de abril (600.000 personas) y marzo (entre un millón y tres millones, según diferentes cálculos).

Los manifestantes lamentan la debacle de la economía que según todo pronóstico cerrará el año en recesión y ha puesto en riesgo el sello de buen pagador del país -su grado de inversión bajó al último escalón de las agencias de calificación-.

Con Rousseff debilitada -tiene el menor apoyo a un jefe de Estado desde el fin de la dictadura militar hace 30 años-, algunos legisladores han agitado el fantasma del «impeachment», que requiere la aprobación de dos tercios de la Cámara de Diputados y un proceso especial en el Senado.

Este año la Cámara de Diputados recibió cerca de 20 pedidos para apartarla del cargo, algunos de los cuales aún están bajo análisis. En caso de impeachment, quien asumiría el gobierno es el vicepresidente Michel Temer, del PMDB, el mayor aliado del PT en la coalición.

Rousseff, una exguerrillera que luchó contra la dictadura, promete que revertirá la crisis, descarta renunciar y asegura una y otra vez: «No voy a caer».

«Así es Brasil. La votan, luego quieren que salga. Es como un casamiento, cuando uno se enamora luego debe aguantar. Debe finalizar su mandato y luego puede irse», dijo a la AFP Jose Levino, un vendedor de camisetas en Copacabana a quien faltan la mitad de sus dientes. «Lo único que yo sé es que si trabajo, como, y si no trabajo, no como».