El jueves 18 de junio una comitiva del senado brasileño aterrizó en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar con una solo objetivo: solidarizarse con los presos políticos como Leopoldo López y Daniel Ceballos, además de los estudiantes detenidos durante las protesta de 2014. En Maiquetía fueron recibidos por Lilian Tintori, Patricia de Ceballos, Mitzy de Capriles, otros familiares de los presos políticos, la diputada María Corina Machado y, según indicó uno de los senadores, el embajador de Brasil en el país. El grupo de parlamentarios estaba conformado por: Aloysio Nunes, Sergio Petecao, Ronaldo Caiado, Ricardo Ferraço, Agripino Maia e incluso el ex candidato presidencial Aecio Neves.
Esta visita, que contaba en el permiso del Gobierno, se vio marcada por un hecho: los senadores no pudieron llegar a su destino, Caracas. Según denunció la diputada Machado, las dos únicas vías de acceso a la capital estaban trancadas, una por una protesta y la otra por servicios de mantenimiento que se estaban haciendo en los túneles. Además de este inconveniente, el autobús donde iban los congresistas y todos los que los recibieron, fue atacado con piedras, golpes e insultos. Tras dos intentos fallidos, los Senadores tuvieron que devolverse al aeropuerto y regresar a Brasil.
Antes de que los parlamentarios decidieran retornar a su país, la situación ya había estaba marcando precedente, pues se habían comunicado con el presidente del Senado brasileño, Renán Calheiros, quien le solicitó a la presidenta Dilma Rousseff tramitará una queja formal por las agresiones que sufrieron. Horas más tarde, cuando ya los congresistas estaban de regreso, Rousseff decidió convocar de «emergencia» al embajador y la Cámara de Diputados de Brasil aprobó una moción de condena a los actos de protesta en contra de la delegación brasileña.
Por su repercusión internacional, toda la situación no pasó desapercibida en los medios brasileños y de otras naciones. En el caso de Brasil, diarios lo calificaron como un «agresión a la democracia», como en el caso de Correio Braziliense, de Brasilia, y en muchos, como es el caso, O Globo, Rio de Janeiro, Diário de Cuiaba, de Mato Groso, u O Estado de S. Paulo, de Sao Paulo; pusieron el foco en la solicitud de una explicación por parte del gobierno de Venezuela.
Continuando en el continente Americano, los periódicos de Colombia, como El Espectador, destacaron el comunicado de la cancillería brasileña donde califican los hechos como «inaceptables», otros, como La Presa de Panamá, resaltan las declaraciones del presidente del senado brasileño, Calheiros, y en Estados Unidos, específicamente en Diario de las Américas, de Miami, señalaron a partidarios del gobierno como los responsables de los obstáculos.
Hacia Europa, el enfoque de distintos medios de comunicación fue similar. En El País, de España, calificaron la situación como «acoso» a los congresistas brasileños por parte del oficialismo y el canal alemán Deutsche Welle apunta hacia la solicitud de explicación por parte de Brasil ante estos «actos hostiles»
