Burundi: Se desconoce si el golpe de estado tuvo éxito
Burundi: Se desconoce si el golpe de estado tuvo éxito

Burundi

 

 

La capital de Burundi estaba en calma el miércoles por la noche pero se desconocía quién está a cargo del país luego de un día tumultuoso en el que miles de personas celebraron el intento de golpe de estado contra el presidente Pierre Nkurunziza.

El ejército se encuentra dividido entre los que son leales a Nkurinziza y los que respaldan el golpe de estado, dijo un alto oficial militar que insistió en el anonimato ya que no cuenta con autorización para hablar con la prensa. Ambas partes del ejército negociaban en la noche los pasos a seguir.

El intento de golpe se realizó mientras Nkurunziza se encontraba en la vecina Tanzania para una cumbre sobre los problemas de su nación. Un general del ejército anunció en una estación privada de radio que el presidente había sido liberado de sus funciones.

La policía se retiró de las calles de la capital, Bujumbura, luego del anuncio del general sobre el golpe de estado, y miles de personas festejaron la aparente nueva situación. La gente se volcó a las calles de la capital y aplaudió a las tropas que pasaban a bordo de tanques y camiones. Algunos de los soldados sonreían y uno de ellos levantó su fusil para agradecer a la multitud.

Pero algunos funcionarios permanecieron leales a Nkurinziza. La oficina del mandatario colocó un mensaje por la tarde en las cuentas del presidente en Facebook y Twitter en el que señaló que el intento de golpe de estado no había tenido éxito.

«Un grupo de soldados se amotinó esta mañana y realizó una declaración fantasiosa de golpe de estado», se lee en el comunicado. «Ese intento golpista fracasó y esas personas… son buscadas por la defensa y las fuerzas armadas para ser llevadas ante la justicia».

Sin embargo, de momento, es en las calles de la capital de Burundi, Bujumbura, y no en el este del Congo, donde, viven las protestas. En conversación con ABC, Pacifique Nininahazwe, uno de los principales representantes civiles de Burundi, aseguraba que permanecen«determinados» a la renuncia del presidente.

«La nominación de Nkurunziza básicamente  mata los acuerdos de paz de Arusha  (que pusieron fin a las heridas abiertas de la guerra civil que sacudió el país entre 1993 y 2005)», asegura Leonce Ngendakumana, líder de la opositora Alianza Democrática por el Cambio.

No se conocía el destino de Nkurunziza la noche del miércoles. Tras dejar la cumbre en Tanzania, el mandatario no regresó a Bujumbura y aterrizó en el aeropuerto de Entebbe en Uganda, de acuerdo con un alto mando de esa nación que solicitó el anonimato al no contar con autorización para hablar con la prensa. No dijo si Nkurunziza se quedó en Uganda o regresó a Tanzania.

La postulación de Nkurunziza para un tercer período generó protestas en las calles de la capital, en las que han muerto 15 personas.

Durante casi tres semanas de agitación, el ejército actuó como moderador entre la policía y los manifestantes que estaban en contra de un tercer periodo de Nkurunziza en el poder, por considerar que viola la Constitución y los acuerdos de paz de Arusha que pusieron fin a la guerra civil.

 

Reunión regional de urgencia para poner fin a la crisis

Líderes regionales acudirán este miércoles a Dar es Salam (Tanzania) a la reunión de urgencia celebrada por la Comunidad de países del Este de Africa (EAC) para poner fin a la crisis política de Burundi, en cuyas protestas contra el Gobierno han perdido la vida al menos 20 personas. El encuentro contará con la participación, además, de Estados Unidos, en voz de la secretaria de Estado adjunta para Africa, Linda Thomas-Greenfield.

Ruanda ha mostrado su inquietud ante la situación en el país vecino. «Tenemos información de que algunos elementos de las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) han cruzado a Burundi desde la República Democrática del Congo y podrían incluso involucrarse directamente en los disturbios», denunciaba Louise Mushikiwabo, ministra de Exteriores ruandesa.

La llamada de atención sobre la presunta explotación del conflicto por parte del FDLR (milicia hutu -la misma etnia del presidente Nkurunziza- formada, en gran parte, por ex miembros de la guerrilla ‘Interahamwe’, quienes llevaron a cabo el genocidio de Ruanda en 1994 y se refugian ahora en el este del Congo) supone una evidente escalada dialéctica de la crisis. Más aún, en un país en claro desajuste (85% de la población hutu, como el mandatario, 15% Tutsi).

Mientras, ante las amenazas de violencia que se ciernen sobre las próximas elecciones y las minorías, comienza el éxodo: De acuerdo con el Gobierno de Ruanda, desde principios del mes de abril, al menos 21.000 personas, en su mayoría mujeres y niños, han cruzado desde el país vecino.

* Con información de The Associated Press y ABC ES