La NSA por Luis De Lion - Runrun
Sendai Zea Ene 19, 2014 | Actualizado hace 10 años

protestsnowden

Las muy secretas prácticas de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA en inglés) dejaron de serlo gracias a los documentos confidenciales que el exconsultor de la NSA Edward Snowden hizo públicos. La NSA espía a cientos de millones de personas en el mundo y recupera millones de datos, cada día.

Utilizaron las embajadas para así espiar mejor a los aliados. En Alemania, la NSA operaba en el 2003, desde la sede diplomática de los EEUU en Berlín a escasos 800 metros de la Cancillería. Grabaron al Canciller Gerhard Schröder y a partir del 2005 a Angela Merkel. Los datos recuperados eran enviados directamente a la Casa Blanca y no a Fort Meade, sede de la agencia, como era costumbre.

También recurrieron los agentes de la NSA a prácticas antiguas. Colocando micrófonos en la representación francesa ante la ONU en 2010 e igualmente se interesaron por la red privada virtual (VPN) que conecta las computadoras de las embajadas y consulados franceses con la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores (Quai D’Orsay) en París.

En 2007 la NSA había llegado a un acuerdo con los nueve gigantes de Internet: Microsoft, Apple, Google, Facebook, YouTube, Skype, Yahoo, AOL y Paltalk. La agencia tiene acceso directo a los datos archivados en los servidores de dichas empresas. El programa se llamó Prism y era la fuente primaria de información bruta utilizada para redactar los reportes analíticos de la NSA.

Desde mediados de los 90, la mayoría de las telecomunicaciones mundiales transitaba la red de cables submarinos. El Reino Unido, como centro nervioso de dicho cableado, la NSA no dudó en aliarse con sus homólogos británicos, el GCHQ, para conectarse a dichos cables. Ambas agencias pusieron en servicio un sistema de “tapping”, que permite copiar la totalidad de los datos que pasan por las fibras ópticas submarinas. Gracias al programa Muscular, ambas agencias interceptaban el tráfico de los servidores utilizados por Google y Yahoo.

La NSA también se asoció al programa Tempora, lanzado por Londres en asociación con siete empresas de telecomunicaciones (British Telecom, Vodafone Cable, Verizon Business, Global Crossing, Level 3, Viatel et Interoute), con ello se accedía a lo esencial del tráfico Internet y telefónico mundial. Con dicho método, la NSA, espió los mails de wanadoo.fr y a Alcatel-lucent.com, los dos gigantes de las telecomunicaciones francesas.

Para descifrar todos los datos interceptados, la NSA en 2010 lanzó el programa Bullrun, una suerte de, fuerza bruta de supercalculadoras que permitía obtener los códigos ensayando todas las combinaciones posibles. La agencia igualmente concibió XKeyScore, la herramienta de análisis central de su sistema de espionaje. Una suerte de Google para espías.

Pero nada era suficiente, la NSA también leía los mensajes de texto. 200 millones de SMS al día recolectaba la agencia estadounidense, valiéndose del programa Dishfire.

Este inmenso escándalo ha sido el asunto más difícil que ha tenido que afrontar la administración de Obama. De la manera como Washington logre calmar a las “víctimas” comenzando por sus aliados, dependerá la buena continuación de lo que le queda de mandato a Obama. Es por ello que éste viernes el presidente norteamericano declaró que la NSA no espiará más a los países aliados “salvo en caso de fuerza mayor por la seguridad nacional” Una manera de pedir excusas sin renunciar a su poderoso, sofisticado y efectivo sistema de espionaje. Sin definir claramente la noción de países aliados, ha quedado rotundamente establecido que el espionaje del siglo XXI llegó para quedarse.