Por qué sigo aquí por Juan Manuel Raffalli A.
Por qué sigo aquí (o seguía hasta hoy) Por Juan Manuel Raffalli

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Claro que me he planteado seriamente si debo seguir escribiendo en El Universal, incluso infectado de serias dudas lo he consultado con amigos. No sé si el resultado de tanta franqueza con ustedes, lectores muchos o pocos, me ponga en el camino de mi ex vecina de página la apreciada Rayma. De ser así, no habría decisión alguna que tomar y me iría bien tranquilo. Mi primer artículo en estas páginas apareció hace muchos años, en el 87, recién entraba en vigor una nueva ley procesal y se me ocurrió escribir una lata técnica sobre las citaciones judiciales que publicaron gracias a la querida Flor Isava. Luego a petición de Carlos Croes redacté un amplio trabajo sobre las intervenciones bancarias en aquélla crisis devastadora del 94 y otro sobre la protección de los consumidores. A raíz de eso Carlos me propuso que escribiera fijo en su sección dominical “La Nación Día a Día”, y desde hace 20 años he permanecido aquí, con la venia de mis amigos Maruchi y Andrés Mata. Este relato lo hago sólo para contextualizar lo complejo que es decidir entregar una tribuna de dos décadas que ya es parte de uno mismo. Ciertamente todo ha cambiado, el país y obviamente el periódico. Muchos me han dicho que estar en estas páginas es cohonestar la censura previa. Otros que El Universal se ha plegado a posturas incompartibles. También me han argumentado que la audiencia no es la misma y que el periódico lo compraron para que circulara mucho menos. De todo esto, lo que casi rebosó mi vaso fue la salida de Rayma. Es más, mis últimas entregas las he redactado esperando una censura que no sé si ocurra con ésta. Pero sin quitar un gramo de peso a todos esos argumentos, veo el reverso de la moneda. Uno no sólo escribe para el que lo lee sino para uno mismo. De hecho si me dieran una columna en VEA la tomaría para tratar de abrir los ojos a quienes en sus penurias, no asumen el deterioro galopante del país y peor aún, de la Nación. En consistencia con eso y precisamente para defender la libertad de expresión, ¿cómo podría entonces entregar esta tribuna? Dejar de escribir casi nunca es útil. Mientras menos medios existan cada centímetro y cada segundo al aire cuentan, por eso concluyo que la retirada no es una opción en estos tiempos, así, salvo que me larguen, seguiré acá al menos por ahora.

 

@juanraffalli