En estos días si hay algo que nos une a la mayoría de los venezolanos es   encontrarnos inquietos por no saber cual será el rumbo definitivo que tomará el país.

Pareciera que estamos transitando una tensa calma que nos ahoga y produce una sensación de mariposas en el estómago y que inunda el ambiente de desasosiego y preocupación (aún para esa especie en extinción de la cual me considero parte como son los “Optimistas Crónicos”)

De las pocas cosas que no podemos poner en duda es la necesidad de que cualquier rumbo que tomen las cosas sea precedido por una seria reflexión sobre la necesidad de enfocarnos en la solución a los problemas de justicia social que es una constante preocupación para quienes estamos comprometidos con la Venezuela del futuro.

Esta inquietud es hoy día compartida por pensadores de distintas tendencias quienes avizoran que no sólo Venezuela sino el mundo globalizado se encuentra a las puertas de una transición importante.

Hay un creciente aumento de la desigualdad cuando se recompensa de manera, quizás desproporcionada, a quien obtiene mejores resultados, ocurriendo esto no sólo en los países con economías tradicionalmente capitalistas sino también en aquellos cuyos regímenes están mutando progresivamente.

En este punto concreto pienso que el Socialismo del Siglo XXI intentó constituirse en un movimiento para superar las desigualdades pero que lamentablemente al desconocer principios básicos de la naturaleza del hombre cometió errores garrafales que se convirtieron en su propio germen destructor.

Nos toca entonces pensar que debemos hacer para tener país….

En primer lugar parece ser un hecho incontrovertible que es el capitalismo el sistema que menor inequidades produce y que más se practica en la mayoría del mundo, lo que nos lleva a preguntarnos si las élites venezolanas están dedicando esfuerzos a revisar las estructuras políticas, sociales y económicas que entendiendo las bondades pero también las enormes ineficiencias del capitalismo permitan crear nuevas formas de participación que sean capaces de propiciar cambios sociales profundos.

Debemos evitar convertirnos en una sociedad de cazadores en la cual triunfe el individualismo egoísta. Si actuamos sin preocuparnos del entorno podremos ver una escasez generalizada de recursos fundamentales y de bienes esenciales produciendo mas deterioro social lo que lleva, como estamos viviendo hoy día, a un enorme deterioro ético teniendo una sociedad llena de tensiones en la que predomina la mentalidad del “sálvese quien pueda”.

Es absolutamente indispensable que entendamos que una sociedad más igualitaria nos hará un país más estable y éste debe ser el punto de partida de cualquier propuesta que se haga por lo que como sociedad civil debemos convertirnos en el motor que fuerce a las élites políticas a pensar y a cambiar.

Lo primero que debe hacer un gobierno responsable es trabajar para la gente y para que la gente viva mejor pero la severidad del sufrimiento económico y social actual y la falta de respuesta que recibimos nos obliga a pensar que el gobierno está trabajando para él mismo por lo que somos los ciudadanos quienes debemos organizarnos para apoyarnos entre nosotros primero y luego para generar movimientos sociales que en forma pacífica promuevan acciones que incorporen la superación de inequidades a nivel de estímulos educativos, económicos y sociales dentro de un sistema capitalista imperfecto pero perfectible con nuestra participación obligando a los gobiernos a actuar responsablemente.

Entonces si la igualdad es el mayor bien a procurar debo terminar la reflexión con esta pregunta: ¿Estamos dispuestos a conformarnos con menos para que otros puedan tener más? ¿Lo estoy yo? ¿Lo está Usted?

@malarcia