Contrabando por Juan Raffalli - Runrun
Yeannaly Fermín Ago 22, 2014 | Actualizado hace 10 años

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En cadena nacional Maduro anuncia más acciones para atacar el contrabando. Desde que decretó el cierre nocturno de la frontera con Colombia, ha dejado claro que el contrabando, según él, es uno de los problemas económicos más relevantes que afecta al país. Esta posición se reduce a la insólita premisa según la cual cerrando la frontera y destruyendo trochas, la escasez doblará las rodillas y los venezolanos no tendremos que hacer colas, más aún si añadimos la medida de obligación a contratar más cajeros en los mercados. Pues bien, semejante postura explica porqué estamos así. Pretenden encarar una gran crisis con medidas aisladas o superficiales. El problema de fondo no se asume, no se ataca y obviamente no se solucionará. El alto gobierno sabe muy bien que el contrabando no es el problema sino la consecuencia. Un litro de gasolina vale literalmente mil veces más en Colombia que en Venezuela y cualquier otro producto extraído del país, genera una rentabilidad exorbitante. Las dos causas reales de esta distorsión dañina son: (I) el bolívar vale muchísimo menos que el peso y que cualquier otra moneda de la región; (II) se han regulado los precios de los productos en cifras casi risibles. Imaginamos que así, toda la población fronteriza intenta extraer algunos productos para redondearse una plata, o al menos se lo plantea; ni hablar de quienes son responsables de la custodia fronteriza. El negocio simplemente es enorme. 

Achacar el caos económico al contrabando y no a nuestras políticas erradas, deja de bulto que la administración Maduro está petrificada, cercada por intereses contrapuestos, confundida y entre la espada que es la economía, y la pared que es su popularidad. Para mí esto fue lo que motivó el repentino viaje a La Habana para ver si el Gurú de la Revolución da alguna pista. Lo único que se ha asumido como medidas concretas son el aumento de electricidad, el drenaje de la liquidez monetaria y ahora la tarjeta biométrica de racionamiento. Pero nada de esto será efectivo si no se asumen los costos políticos de medidas integrarles que mejoren los ingresos en divisas y reduzcan el déficit fiscal. El problema al final es que el verdadero objetivo de la Revolución es mantenerse en el poder a costa de lo que sea, y así lo ha demostrado.

 

Juan M Raffalli A

El Universal