No al castrismo - Runrun
Luisana Solano Abr 20, 2014 | Actualizado hace 10 años

Fidel-Castro-Raul-Castro

Desde el 14 de diciembre de 1994, cuando Fidel Castro en La Habana le impuso a Hugo Chávez el título de Comandante, ya el Teniente Coronel golpista hablaba de compatriotas cuando se refería al alto gobierno cubano.  Sin duda un reflejo, del plan que impondría en Venezuela, una vez accediera a la presidencia.

Veinte años han transcurrido, varias elecciones de por medio y el patrón ideológico y programático del sistema actual del régimen que ahora preside Nicolás Maduro es, sin sorpresas, eminentemente cubano.

Ante ésta inédita y muy grave situación de sumisión soberana, y en medio de ésta grave crisis que afecta al país entero en todos sus ámbitos, llama poderosamente la atención que, en el proceso de diálogo entre el régimen y la MUD, no hay de parte de los representantes de la oposición ningún lineamiento de acción respecto al necesario, indispensable y tardío reclamo a la presencia e influencia de agentes cubanos en territorio venezolano.

No es un secreto, para nadie que la representación del régimen castrista, está muy activa en todas las instancias administrativas, así como también dentro de la Fuerza Armada, con mando y determinación en la conducción de las políticas de Estado.

Una servidumbre que lleva casi dos décadas y que a la acosada opinión pública venezolana, le tomó diez años admitir.

 En enero del año 2012, de manera muy tímida, se anunció que en un hipotético gobierno de unidad opositora, se “revisaría” el Convenio de Salud Venezuela-Cuba, sin más y sin hacer mención al hecho que la salud pública en Venezuela está completamente en manos de cubanos. Hasta allí llegaba el tema Cuba, para la MUD.

¿Por qué la dirigencia de la MUD, no asume la verdad del dominio cubano, de modo sistemático, como bandera fundamental de lucha? ¿No es acaso imperativo conducir la lucha en función de una segunda independencia nacional?

El reto que hoy tenemos los venezolanos es enorme. Nos toca derrotar a un régimen e inmediatamente ponernos a la altura de lo que sin duda será una lucha que conlleva jugar en diversos escenarios a la vez, por lo que se exige un talento infinito, en donde no caben ni el continuismo, ni la postración, ante la tiranía más longeva del continente.

Luis DE LION

@LDeLION

luisdelion@gmail.com