Semana Santa 2014 - Runrun
Luisana Solano Abr 10, 2014 | Actualizado hace 10 años

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Los cristianos celebramos en Semana Santa la Pascua de Jesús de Nazaret. El paso de su muerte a la vida. En estos días recordaremos al Nazareno cargando una pesada cruz que le fue impuesta por el poder político. Escucharemos los insultos que sufrió el condenado injustamente, las vejaciones que le propiciaron sus esbirros, nos conmoverá su grito de dolor en medio de la traición y el desprecio.

Veremos reproducido en varias escenas el drama de las víctimas del poder político cuando degenera en opresión. La resistencia de quienes no se resignan al orden establecido y se empeñan en construir alternativas. En Jesús de Nazaret, siguiendo la tradición de los profetas entre los judíos, sus denuncias fueron directas, claras, contundentes. Sus gestos y acciones señalaron la dirección de lo que había que construir como novedoso y distinto.

Jesús de Nazaret, el Cristo de los cristianos, puede ser considerado como el iniciador de lo que en nuestros días llamamos lucha no violenta. La clave consiste en no seguir la nefasta lógica del «diente por diente y ojo por ojo». O, más brutalmente, el sometimiento por la fuerza del que se considera enemigo. Las armas de esta lucha no están dirigidas a matar sino a mostrar la verdad de aquello que se reivindica y la razón que la asiste.

Culminamos la Semana Santa con la celebración del Sábado de Gloria. En donde decimos, desde nuestra fe, que Dios Padre levanta a Jesús, su Hijo, de entre los muertos, convirtiéndolo en Señor de la historia. En su resurrección, Jesús se manifiesta como el Dios que camina con su pueblo, celebra con sus seguidores y mantiene viva en todas las culturas la esperanza de alcanzar la promesa para la que fuimos creados.

En Venezuela nos ha tocado vivir una cuaresma sangrienta. La confrontación política ha dejado 40 muertos, muchos heridos, presos políticos, violaciones a derechos humanos, daños a bienes públicos y privados. A la ya terrible violencia delictiva que enluta a miles de hogares, ahora se ha sumado la violencia política, con una sobredosis de odio nunca vista.

Celebrar Semana Santa en este año 2014 debería servirnos a todos los cristianos para actualizar de la memoria de Jesús, encontrando en Él las fuerzas espirituales suficientes para abrirle paso a la vida en medio de la muerte, vencer la crispación y el odio y concentrarnos en la búsqueda de soluciones a nuestros grandes problemas sociales.

Al finalizar estas líneas, hemos escuchado de representantes del gobierno y la oposición el anuncio de los primeros acuerdos para iniciar un proceso de diálogo. Todos los venezolanos debemos apoyar con nuestro esfuerzo esta iniciativa y contribuir para su desarrollo exitoso.

Francisco José Virtuoso SJ

fjvirtuoso@ucab.edu.ve

El Universal