Constituyentes y otros ramazos por Francisco Ibarra Bravo - Runrun

constitucion

 

 

Hace 15 años el país fue estafado con un proceso constituyente. Todavía el país no ha terminado de entenderlo y decir que la constitución de 1961 es superior a la que actualmente tenemos es poco menos que un acto de herejía. Quizás el país en algún momento llegue a tener la madurez para cuestionar ciertas cosas, quizás nunca lo haga.

Hoy escuchamos nuevamente voces pidiendo redactar nuevas constituciones. Son las mismas voces que hace unos meses nos vendían la ficción de que el gobierno estaba caído y que había que darle un empujoncito. Entre empujoncito y empujoncito vamos rodando barranco abajo, uno sin fin. Llevamos décadas buscando salidas mágicas, balas de plata, pociones, pomadas, pastillas de chiquitolina, etc., cualquier cosa de la que asirnos y que nos de esperanza de un cambio rápido. Muchos no han terminado de aceptar que sencillamente no existe tal cosa.

Plantear una constituyente hoy es ser tan irresponsable como aquellos que vendieron el infame proceso de 1999 como la salida a los problemas del país. Todavía muchos de aquellos que participaron en el desaguisado de aquel año se resisten a aceptar que el proceso constituyente no fue otro que la imposición de la voluntad omnímoda de una mayoría circunstancial sobre el resto del país y que ese proceso no podría ser considerado nunca el pilar de un futuro mejor. Pocos han criticado formalmente el sistema de votación que se empleó para la constituyente, que redujo al 40% del país a meros mirones de palo. Hoy algunos pretenden decirnos que hay que darnos otra vueltica más en esa rueda. No gracias.

No hay que confundir la crítica a una constituyente con la defensa del bodrio que actualmente tenemos por constitución. Uno que tiene entre otros errores el haberle entregado derechos políticos a quienes también se le entregaron las armas de la República y haber permitido la reelección presidencial, luego haciéndola indefinida. Sin contar con la tontería del cambio de nombre y demás desvaríos. La constitución actual debe ser reformada, de eso no cabe la menor duda. Ahora, que un grupo de políticos nos vuelva a pedir un cheque en blanco para la enésima refundación institucional de la República me resulta ofensivo. Lo que están buscando con una nueva constituyente es hacer lo mismo que el chavismo le hizo al sistema de convivencia más exitoso que hemos tenido, destruirlo a su favor. Repito, no gracias.

El gran fracaso de Venezuela en los últimos cuarenta años ha sido sobretodo económico, pero hemos estado negados a aceptarlo. En lugar de estar discutiendo qué hacer con nuestra industria petrolera, con la GVC, con los acuerdos comerciales ruinosos, en retomar nuestros lazos comerciales con Colombia o cómo fortalecer el BCV estamos planteando constituyentes y atajos. Es más fácil vender la idea de que pasando un interruptor se van a solucionar los problemas del país que decir la verdad. La verdad es decirle al país que la recuperación institucional de Venezuela no es cosa de un año o dos, que el destrozo del chavismo es profundo y nuestro fracaso económico tiene mucho más de quince años. La recuperación y fortalecimiento institucional de Venezuela será el trabajo de una generación completa, durará muchos años, no será algo que pueda hacer un grupo de leguleyos reunidos. Del estropicio actual mucho es responsabilidad de aquellos ungidos que redactaron la última constitución ¿Pedirnos que le abramos la puerta una vez más a estos personajes? Una vez más, no gracias.

@franibar10