Estamos a casi un mes para que se lleve a cabo el III Congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y ya sus altos voceros están desarrollando los lineamientos de los mensajes estratégicos que utilizarán los rojos en los próximos días. Los nervios y las preocupaciones de la cúpula chavista cada vez son más visibles debido a que es el primer Congreso que no contará con la presencia del difunto presidente y además porque las soluciones para la crisis económica que estamos viviendo implican una profunda revisión al modelo defendido durante los últimos 15 años.
Si algo hemos aprendido del chavismo es que los mensajes que envíen a su base no son ni espontáneos, ni casualidad ni mucho menos pueden considerarse líneas impulsivas. El chavismo le habla primero a su base antes de tomar decisiones que pongan en riesgo su capital político. Los mensajes para la base chavista no sólo están bien orientados sino que tienen como objetivo el hígado de cada persona, es decir, los mensajes para la base buscan polarizar la misma y mantenerla unida con la figura del presidente Chávez.
A principios de junio el gobernador de Barinas, Adán Chávez, le habló a las unidades de batalla y su mensaje fue muy claro; les pidió unidad para mantener viva la revolución. Esta semana Jorge Rodríguez por su parte realizó una rueda de prensa, más por obligación que por voluntad propia, y también envió una píldora a los seguidores rojos. Digo por obligación porque la carta de despedida de Jorge Giordani ha desnudado al chavismo y lo ha dejado muy mal parado. En sus mensajes, Rodríguez mencionó lo siguiente: «Vienen nuevos combates, algunas tristezas y algunos sin sabores pero mientras nos mantengamos unidos, podemos decir que pueden venir todas las batallas, todos los obstáculos (…) Discutamos todo lo que haya que discutir; manejemos las posturas que queramos pero debemos ser leales con nosotros mismos (…) Lealtad, unidad, pero sobre todo lealtad»
No me voy a detener en lo obvio, en la lealtad y en la unidad que pide Rodríguez, sino más bien en sus palabras previas, el anuncio de los días difíciles que vienen. Para este señor pareciera que una escasez general de casi el 30% y una inflación anualizada por encima del 60% no son indicadores que reflejan este país está inmerso en un caos; en una crisis que parece que el fondo cada vez está más lejos. ¿Por qué Rodríguez nos anuncia la previa de lo que viene?
Toda medida de rectificación macroeconómica es impopular por definición. En criollo, para que estos señores medio arreglen este desastre tienen que tomar medidas que nos van a pegar un golpe en el bolsillo. Por eso es que Rodríguez le habla a sus bases, para prepararlos para lo que viene. Lógicamente estas medidas no serán tomadas antes del Congreso, pero lo que sí pueden garantizar es que son inminentes.
Aterricemos las palabras de Rodríguez, ¿Qué pensará una madre que tiene que alimentar a sus hijos, encuentra la nevera vacía, y para llenarla el gobierno le pide lealtad? ¿Qué pensará un padre que tiene que enterrar a su hijo asesinado por el hampa y el gobierno le está pidiendo unidad?
Amor con hambre no dura estimado Jorge Rodríguez, pero gracias por su intento balurdo de anticiparnos lo que viene.
