El desahogo de una venezolana - Runrun
Luisana Solano Jun 09, 2014 | Actualizado hace 10 años

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Las imágenes de represión y brutalidad contra los manifestantes pacíficos que piden por democracia y derechos básicos, han repercutido en todo el mundo. Venezuela, país vecino de Brasil, con el cual lo unen fuertes lazos de amistad gubernamental, ha vivido durante los últimos quince años una situación tremendamente caótica.  Quince años de represión, violencia y pobreza. Quince años sumida en un régimen dictatorial socialista.

Hugo Chávez Frías ganó las elecciones de 1999 prometiendo un país libre, democrático, y con innumerables riquezas. Lo cierto es que él tenia razón sobre esto, puesto que Venezuela es un país rico en hierro, bauxita, oro, carbón y, lo más importante, petróleo. Posee una de las mayores reservas petrolíferas del mundo, lo que le permitiría  convertirse en una gran potencia mundial.

Pero, ¿en dónde quedó Venezuela? Olvidada no. Fue gracias al ex presidente fallecido, Hugo Chávez, y a sus comentarios no muy pertinentes en encuentros internacionales, que el país ganó visibilidad internacional, pero no positivamente. En cada encuentro que el fallecido Presidente bolivariano estuviese, era esperada alguna confrontación verbal. ¿Quien no se recuerda el famoso “por qué no te callas?” del Rey de España o el “me huele a azufre” de Hugo Chávez hablando sobre Bush?. Si, una vergüenza tras otra para los venezolanos.

La estrategia política chavista era muy clara. Una autocracia enmascarada de democracia, un país silenciado por la violencia y gobernado por el miedo; y un país enterrado en la miseria, donde las riquezas se encuentran concentradas en las manos de pocos, a favor del gobierno, por supuesto. Llena de programas estilo “cesta familiar”, Venezuela se fue enterrando poco a poco en deudas y proyectos no terminados, sueños prometidos que nunca llegaron a ser cumplidos  y que sirvieron solamente para comprar votos, de hecho, recuerda una realidad muy próxima, ¿no crees?

Con la muerte de Hugo Chávez gran parte de la población venezolana pensó que la pesadilla terminaría, y que una Venezuela libre finalmente llegaría. “Yo pensé que estábamos caminando en dirección a la libertad, yo lograba ver aquella luz al final del túnel, pero de repente desapareció.”, cuenta Nathalie Galindez, una venezolana que debido a la realidad política, se encontró en la obligación de dejar su país y hoy vive en Brasil.

Henrique Capriles Radonski, líder de la oposición venezolana, posteriormente al fallecimiento del ex Presidente Venezolano, disputó las elecciones Presidenciales con Nicolás Maduro, discípulo de Chávez. En medio de una elección fraudulenta y con gran ventajismo político, electoral y mediático, Nicolás Maduro fue electo presidente y ratificado por el Consejo Nacional Electoral luego de que Henrique Capriles imputara los resultados de estas elecciones. Elecciones las cuales fueron convalidadas por países que reciben ayudas económicas por parte de Venezuela, a cambio de su silencio y mirada complaciente en este tipo de situaciones.

Con los mismos ideales políticos socialistas, Maduro  asumió la  presidencia de una manera radical y sin apoyo de la población. La escasez de artículos y alimentos básicos e indispensables, como papel higiénico, leche, harina, aceite y azúcar es absurda. Colas de más de 5 horas en los supermercados es algo común. Personas muriendo mientras esperan ser atendidos en algún hospital es una realidad, ya que no llegan los insumos médicos. Caos en las calles, manifestaciones, abuso de poder por parte de los cuerpos de seguridad del Estado, violencia contra los estudiantes y el miedo general es el escenario actual del país. Un país en rápido declive, donde la violación de los derechos humanos se ha vuelto una constante.

El uso de las redes sociales como medio de divulgación de esta triste realidad ha sido la salida de los estudiantes venezolanos. Es posible seguir diariamente lo que sucede en el país a través de videos, testimonios y fotos. Ha sido gracias a ésto, que algunos países se han dando cuenta de lo que sucede y han comenzado a discutir sobre las violaciones existentes en Venezuela. El gobierno brasilero por su parte, optó por el silencio. “No entiendo como un país con gran influencia en el Mercosur y en el mundo, no tenga una posición clara frente a tantas muertes y abusos que están sucediendo en mi país; puedo contar con los dedos de las manos las noticias que leí sobre este asunto en los periódicos brasileros”, agregó Nathalie. Bárbara Ridder, politóloga brasileña, por su lado explica: “Brasil no quiere comprometerse pues existen muchos intereses económicos y lazos políticos de por medio. Sin embargo, no participar de esa discusión hace que el gobierno venezolano actué de la forma que quiera, alegando que sus actos son legítimos.”

Pues, ¿quien calla otorga, no es así?

Oriana Musella

O Desabafo de uma Venezuelana

As imagens de repressão e brutalidade contra os manifestantes pacíficos que pedem por democracia e direitos básicos tem repercutido o mundo todo. A Venezuela, País vizinho do Brasil e, acreditem se quiser, de fortes laços de amizade governamentais, tem vivido uma situação caótica nos últimos quinze anos. Quinze anos de repressão, de violência, de pobreza… Quinze anos de um regime ditatorial socialista.

Hugo Chávez Frias ganhou as eleições de 1999 prometendo uma nação livre, democrática e de inúmeras riquezas. A parte de inúmeras riquezas ele tinha razão. A Venezuela é rica em ferro, bauxita, ouro, carvão e, o mais importante, petróleo. O país é uma das maiores reservas petrolíferas do mundo, tendo assim, a oportunidade de se tornar uma grande potência mundial.

Mas aonde ficou a Venezuela? Esquecida é que não foi. Graças ao ex-presidente falecido, Hugo Chávez, e seus comentários não muito pertinentes em encontros internacionais, o País ganhou visibilidade internacional, mas não da melhor maneira possível. Em cada encontro que o Presidente Bolivariano estivesse,  era esperado algum confronto verbal. Quem nunca ouviu sobre o típico “Por que no te callas?” (Por que não cala a boca?) do Rei da Espanha ou o “Sinto cheiro de enxofre” do Hugo Chávez ao Bush? Sim, uma vergonha atrás da outra para os Venezuelanos.

A estratégia política Chavista era muito clara. Uma democracía mascarada, um país silenciado pela violência e o medo e um país enterrado na miséria, onde as riquezas estivessem concentrada nas mãos de poucos, a favor do governo, é claro. Cheia de programas estilo “bolsa família”, a Venezuela foi afundando, aos poucos, em dívidas e projetos inacabados. Sonhos prometidos, nunca foram entregues. Serviram somente para comprar votos. De fato, lembra uma realidade bem próxima, não é?

Com o falecimento do presidente bolivariano, grande parte da população pensou que o pesadelo acabaria, e que uma Venezuela livre finalmente chegaria, “Eu pensei que estivéssemos caminhando em direção à liberdade, eu conseguia ver aquela luzinha no fim do túnel mas, assim, do nada, ela sumiu”, conta Nathalie Galíndez, uma venezuelana que, em função da realidade política, se viu na obrigação de sair do seu país e hoje reside no Brasil.

Henrique Capriles Radonski, líder da oposição, disputou as eleições com Nicolás Maduro, discípulo de Chávez. Depois de uma eleição fraudulenta, de acordo com alguns países, Maduro foi eleito presidente sucessor. Com os mesmo ideais políticos socialistas, Nicolás assumiu a presidência de uma maneira radical e sem apoio da população. A escassez de mantimentos básicos e indispensáveis, como papel higiênico, leite, farinha, óleo e açúcar é absurda. Filas de cinco horas nos supermercados é algo comum. Pessoas morrendo nas filas dos hospitais é de praxe, já que não chegam suprimentos médicos. Caos nas ruas, manifestações, abusos de poder da polícia, violência contra os estudantes e medo geral é o cenário atual do país. É um país se desintegrando rapidamente, onde a violação dos direitos humanos é constante.

O uso das redes sociais como meio de divulgação dessa triste realidade tem sido o suspiro dos estudantes venezuelanos. É possível acompanhar diariamente o que está acontecendo no país, através de vídeos, depoimentos e fotos e, graças a isso, alguns países têm se posicionado e discutido as violações que existem no país. O governo brasileiro, por sua vez, optou pelo silêncio. “Não entendo como, um país [Brasil]  com grande influência no Mercosul e no mundo, não tenha se posicionado mediante a tantas mortes e abusos que tem acontecido no meu país. Se vi noticias sobre o assunto em jornais brasileiros, posso contar nos dedos das mãos.”, agregou Nathalie. Barbara Ridder, cientista política brasileira, explica: “O Brasil não quer se comprometer, existem muitos interesses econômicos e laços políticos envolvidos. Porém, ficar de fora dessa discussão, faz com que o governo venezuelano aja da forma que quiser, alegando que seus atos são legítimos.”.

Pois é, quem cala consente, não é assim?

 

Oriana Musella

@orimusella

*Estudiante venezolana de Comunicación Social radicada en Brasil