Más pimentón para el guiso. Ahora Haití - Runrun
Luisana Solano Jun 06, 2014 | Actualizado hace 10 años

81dcabeca9f44f559e2d2b165d09e119

El derroche del gobierno venezolano en los últimos 15 años no ha tenido precedente en nuestra historia. Ningún gobierno ha ingresado por la venta de petróleo la cantidad de dinero que este ha ingresado, y aun así, nos encontramos actualmente en una situación deplorable.

La clave para entender nuestra crisis económica es muy sencilla; el difunto presidente y su combo han manejado este país como una taguara, gastando dinero sin tener ningún tipo de control.

Para no sonar amarillista ni exagerado y poder probar mi punto, es necesario que recordemos la revelación del Vicepresidente del área económica, Rafael Ramírez, hace tan sólo 4 meses en el programa de José Vicente Rangel. En ese espacio, el ministro dijo lo siguiente: “Nosotros tenemos que ver cuántas divisas tenemos y cómo las vamos a utilizar. Lo que estaba sucediendo antes es que veíamos cuántas divisas teníamos pero su utilización estaba sin una planificación, no quiero decir ni siquiera adecuada, sino que no existía planificación”.

Esta falta de planificación dio pie a una cantidad escandalosa de guisos, perdón, quise decir negocios, entre nuestro gobierno y otros países. Nuestro país pasará a la historia como el único que está haciendo trueques en pleno siglo XXI; es común leer noticias donde vemos que cambiamos por petróleo desde blue jeans hasta caraotas.

En ese aire de guisos e intercambios comerciales, es que evaluamos nuestra última transacción con Haití. La semana pasada el  presidente de Petrocaribe, Bernardo Álvarez,  visitó el parque industrial de Puerto Príncipe donde se ensamblan las tabletas de Surtab y ahí anunció que el encargo  de las 10.000 tabletas de Venezuela al país caribeño son una «muestra de las relaciones de amistad y cooperación» entre ambos países.

Ya va, no se alarme ni se moleste estimado lector. Aunque usted no lo crea, en Haití hacen tabletas. No sé quién, aparte de nosotros, se atreve a comprarlas, pero eso es otra historia.

Cada tableta cuesta 100 dólares, es decir, que por este encargo de amistad nuestro país pagó una módica suma de 1 millón de dólares. Pero nuestra transacción no se queda hasta ahí, resulta que cuando el primer ministro haitiano, Laurent Lamothe, estuvo en nuestro país en Marzo, nuestro ilustre presidente dijo que iba a encargar en total 2,6 millones de unidades. En otras palabras, Venezuela le va a pagar a Haití 260 millones de dólares para comprar tabletas.

La cantidad de personas involucradas en este guiso se los dejo a su imaginación. Lo que resulta lamentable es que ahora, en este momento tan crítico, estemos regalando lo único que nos hace falta…

Más pimentón para este guiso por favor…

Tomas Horacio Hernández

@TomasHHR