Ya basta de mentiras con el cemento - Runrun
Luisana Solano May 31, 2014 | Actualizado hace 10 años

Cemento1

Para nadie es sorpresa que desde que el gobierno venezolano intervino la industria cementera a través de las expropiaciones, estas compañías comenzaron a disminuir su producción hasta llegar a un punto prácticamente de caída libre.

Hace tan sólo dos meses, Orlando Chirinos, quien es el  coordinador nacional de Alianza Nacional de Trabajadores del Cemento y secretario general para la planta del estado Lara, indicó que en 2013 la industria sólo operaba al 30% de su capacidad total y que actualmente alcanzaban a penas un 50% de producción.

Los números reflejados por los trabajadores demuestran que la política del gobierno en este sector se puede resumir en una sola palabra: FRACASO.

Toda persona que haya tenido la necesidad de comprar un saco de cemento en el último año se ha podido dar cuenta que el sobreprecio del mismo ha alcanzado hasta 1.000%. Lamentablemente esa es una consecuencia natural e inevitable de los controles de precio; el bien más caro es aquel que no se consigue.

Ante esta realidad, resulta incomprensible e indignante que el presidente de la república tenga el descaro de afirmar lo siguiente esta semana, en su alocución sobre las misiones:

“Ustedes saben el problema que hay del cemento ¿verdad? que hay que parir pa’ conseguir una paca de cemento, bueno porque estamos construyendo, antes se construían 40 mil viviendas, 30 mil, ahora estamos construyendo 200 mil anual… Todos los materiales que nosotros necesitemos traer de afuera porque realmente hemos roto hacia arriba pues los niveles de construcción que había en el país”

Tanto el presidente como todo su gabinete conocen la realidad de la industria cementera del país. La cúpula chavista está al tanto del comportamiento que tienen las compañías que han sido expropiadas. Podemos citar por lo menos 20 ejemplos de empresas que hoy en día, luego de ser expropiadas, producen menos que lo que producían antes de la expropiación.

No hay manera de ver con un enfoque optimista y positivo el modelo económico actual. Bajo este modelo tenemos una escasez general que se ubica por encima del 30%, una inflación anual del 60% y una moneda tan  devaluada que lo que provoca en los mercados internacionales es lástima.

El presidente de la republica miente sin escrúpulos en cadena nacional, específicamente cuando se trata de la economía del país. Esta ha sido su estrategia para correr la arruga del desastre que tenemos encima.

La gran pregunta es: ¿Hasta cuándo será sostenible su estrategia?

Tomas Horacio Hernández

 @TomasHHR