Dentro de las tantas peleas en el campo de las ideas que debemos afrontar quienes nos enfocamos en la búsqueda y construcción de un Estado moderno, en donde exista una real separación de los poderes públicos y se privilegie el esfuerzo individual y de la iniciativa privada por encima de un gobierno todopoderoso guiado por alguna clase de iluminado o santón de características excepcionales, está la batalla contra los líderes políticos populistas y de los medios de comunicación que los exaltan.
Es así como en los últimos meses, con realmente mucha fuerza, hemos observado como se ha desatado una fuerte campaña mediática a favor de José Mujica, el presidente de Uruguay, derivada de las supuestas “grandes” medidas que ha tomado en su país, así como de su vida privada y forma de vestir. Así pues, como se ha convertido en costumbre, los medios internacionales en la búsqueda una rápida venta de sus contenidos, se convierten en cómplices en cuanto a la difusión de mensajes equivocados, banales y sin ninguna trascendencia para el desarrollo de nuestras naciones, que cada vez más, en nuestra opinión, quedan rezagas en cuanto a la búsqueda de una mejor vida para sus habitantes en un mundo cada vez más competitivo.
Tenemos entonces que, para algunos periodistas, Uruguay se ha convertido en un “modelo”, el cual, por ejemplo, los Estados Unidos deberían “copiar”. ¡Hágame usted el favor! Legalizar la marihuana, aprobar el “matrimonio” entre parejas del mismo sexo, así como asistir a reuniones en chancletas, son los grandes logros que José Mujica ha dejado a su país y se han convertido en elementos que hacen de Uruguay un paraíso, el cual el resto de la humanidad debería replicar inmediatamente, repito, según la docta opinión de múltiples medios de comunicación.
De esta manera tenemos que las gestiones gubernamentales no deben de evaluarse en función de la calidad de sus políticas públicas, sino más bien en función de que tan exhibicionista y de cuales medidas rocambolescas toma el mandatario de turno.
Nosotros podemos asegurarles, sin obviamente haberlos leídos todos, que ninguno de los escritos en donde se idealiza la gestión de Mujica, aborda, por ejemplo, los temas de la calidad de la educación, el desarrollo de la ciencia y la tecnología y el estado de la infraestructura telemática del Uruguay. Sin duda que no pueden hablar de tales tópicos, porque en comparación con cualquier potencia media europea, los orientales están a años luz en esos rubros y no hay noticias sobre políticas públicas exitosas en esos y otros campos conexos, que son los que realmente pueden colocar a una nación en la senda del desarrollo.
En conclusión, mientras los medios de comunicación internacionales no se concentren en las noticias realmente relevantes de nuestra región y continúen ofreciendo espacio y tiempo en cámara a estas figuras populistas; que se vanaglorian de conducir un Volkswagen de hace 30 años, en vez de, por ejemplo, vanagloriarse porque conducen un vehículo nuevo el cual fue fabricado totalmente en su propia nación, tendremos que seguir invirtiendo mucho tiempo en educar a nuestra juventud para que aprendan a separar el trigo de la paja.
Leopoldo E. Colmenares G.
Centro Latinoamericano de Estudios de Seguridad
Universidad “Simón Bolívar”
